Estados Unidos opinó ayer que la destitución de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se produjo dentro del marco constitucional del país. Además, dijo respetar la decisión del Senado y prometió que trabajará con el nuevo mandatario brasileño, Michel Temer. “Esta fue una decisión hecha por el pueblo brasileño, y la respetamos. Creemos que las instituciones democráticas de Brasil han actuado dentro de su marco constitucional”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en su conferencia de prensa diaria. Dejó así en claro que Estados Unidos no comparte la denuncia de Rousseff, quien afirmó que con su destitución por el Senado brasileño se había consumado un golpe de Estado. “Estamos seguros de que continuaremos con la fuerte relación bilateral que existe entre nuestros dos países”, agregó Kirby.