EL MUNDO › INTENSOS COMBATES EN CIUDADES DE CISJORDANIA

Apretando la clavija militar

 Por Eduardo Febbro

La campaña militar israelí se extendió ayer a nuevas localidades. El nuevo llamado hecho por el presidente norteamericano George Bush invitando a Israel a retirarse “inmediatamente” de las ciudades ocupadas por el ejército no tuvo ningún efecto. “Durará hasta que terminemos”, dijo el general Dan Halutz, comandante de la Fuerza Aérea israelí, quien precisó: “La duración del operativo no es una decisión militar sino una decisión del gobierno”.
Y ésta se manifestó ayer con más firmeza que nunca. Según el ministro de Información de la Autoridad palestina, Yasser Abed Rabbo, los combates que se llevaron a cabo en Nablus, Jenin y otros lugares de Cisjordania fueron muy intensos. Contando sólo Jenin, el saldo de muertos palestinos se eleva a 30. El general israelí Eyal Schleim, comandante de la división que opera en Jenin, reconoció haber tropezado con una resistencia mucho más férrea que la que esperaba, particularmente en los campos de refugiados. Schleim explicó que los palestinos están “perfectamente entrenados y motivados porque saben que, para ellos, sólo hay dos caminos: o la capitulación o la muerte”.
Tsahal (ejército israelí) mantiene totalmente sitiados los campos palestinos de Balata, cerca de Nablus y Jenin. En esta ciudad del norte de Cisjordania los helicópteros israelíes entraron en acción disparando indiscriminadamente contra combatientes y la población civil. En otro campo situado no lejos de Nablus, el de Askar, seis palestinos resultaron muertos según la versión de Jamal Abou al-Hajja, el jefe local de Hamas. Al-Hajja informó por teléfono que en esa zona Hamas “trabajó hermanado” con Al-Fatah, una de las organizaciones de Yasser Arafat. El dirigente aseguró que los militantes de Hamas han suministrado decenas de cinturones explosivos y granadas a los habitantes del campo. Hasta ayer, sólo los territorios palestinos de Hebrón y Jericó seguían libres del cerco militar israelí.
La actividad militar continúa siendo profusa en Ramalá, particularmente en el cuartel general del presidente de la Autoridad Palestina. Anoche, el cuartel de Arafat sufrió una nueva ofensiva de Tsahal. Según Nabil Abu Rudeineh, uno de los portavoces de la presidencia palestina que está junto a Arafat, los soldados israelíes intentaron ingresar en las oficinas del líder palestino provocando la inmediata reacción de sus guardias. La versión suministrada por el ejército es diferente. Tsahal afirma que se limitó a responder a disparos palestinos provenientes de un edificio contiguo al de la sede de la presidencia. El intercambio de tiros dejó un saldo de cuatro guardias de Arafat heridos y, según el relato que Rudeineh hizo por teléfono, una de las bombas israelíes cayó en la sala donde habitualmente se reúne el gabinete palestino. Pese a que Israel insiste en afirmar que no tiene la intención de “atentar contra la integridad física de Arafat”, los palestinos que están en el interior de la sede de la presidencia afirman que los bombardeos de anoche fueron los más intensos que se produjeron desde que Arafat está sitiado por los tanques. Hasta la última hora de anoche, los relatos telefónicos provenientes del entorno de Arafat eran contradictorios, aunque no así el estruendo de las explosiones y los disparos.

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