EL MUNDO › LAS REACCIONES DE UNA EURODERECHA ENVALENTONADA
“La culpa es de la izquierda”
Si algo no causó el triunfo del ultraderechista Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las elecciones fue indiferencia. Los principales líderes europeos se manifestaron contra la posibilidad de que Le Pen sea el futuro presidente francés, y aun aquellos que lo apoyaron, auguraron el triunfo de su contrincante, Jacques Chirac. El premier de Italia, Silvio Berlusconi se dio el gusto de criticar a los franceses, que apuntan contra la centroderecha italiana: “La derecha de Le Pen representa la deriva populista que los franceses creían que se estaba dando en Italia”. El laborista británico, Tony Blair, confió en que los franceses “rechazarán el extremismo” y lamentó la debacle electoral del socialista Lionel Jospin. Por su parte, el ex líder del ultraderechista Partido Liberal (FPO) austríaco, Joerg Haider, se quejó de que todo aquel que se pronuncia contra la “desbordante inmigración” sea tildado de extremista.
Berlusconi afirmó que la victoria de la ultraderecha demuestra que “el socialismo conservador maximalista está en crisis un poco en toda Europa”, y como prueba de ello señaló el triunfo de la derecha en España, Austria, Italia, Dinamarca y Portugal. Sin embargo, Berlusconi afirmó que no hay que temer una corriente antieuropeísta o un freno en el proceso de construcción europea “porque ganará Chirac, que es un sincero europeísta”. Pero la propia derecha italiana responsabilizó a la izquierda francesa por el éxito de Le Pen. El ministro y miembro de la Alianza Nacional italiana, Maurizio Gasparri, sintetizó ayer lo que muchos líderes de derecha no se atreven a decir con todas las letras: “La causa de este resultado es el colapso de la izquierda que está llevando al eurodesastre, porque donde sea que gobierna no puede encontrar una síntesis: es un monstruo”. Quien coincidió con esta visión fue el ultranacionalista ruso y vicepresidente de la Cámara baja, Vladimir Zhirinovsky, que celebró el triunfo de Le Pen: “Usted ha sacudido a Francia con mano de hierro”, le escribió.
En tanto la Unión Europea expresó su rechazo vía el ministro español de Asuntos Exteriores y actual presidente del Consejo de la UE, Josep Piqué. “Lo que deseo es que en la segunda vuelta el pueblo francés se ratifique en lo que ha sido siempre una clarísima apuesta y un clarísimo compromiso por los valores democráticos, y un papel de liderazgo en el conjunto de Europa”, aseguró.
“Es muy lamentable que la extrema derecha en Francia se haya vuelto tan fuerte”, afirmó ayer el jefe del gobierno alemán, Gerhard Schroeder. “Ahora todos los demócratas en Francia y Europa deben evitar que Le Pen tenga alguna posibilidad de convertirse en una fuerza de importancia en Francia”, agregó.
Estados Unidos, en tanto, reaccionó con cautela: “Seguimos el proceso electoral con gran interés. Sin embargo, la ronda decisiva recién tendrá lugar el 5 de mayo, ahí será cuando los votantes franceses decidan. Es una tarea que les dejamos a ellos”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Richard Boucher. Israel, en cambio, fue terminante: el ministro del Interior, Eli Yishai, aconsejó a los judíos franceses “emigrar a Israel”.