EL MUNDO › CUATRO ARGENTINOS DESAPARECIDOS. BUSCAN A OTROS 11

Esperando noticias de Tailandia

“Nos explicaron que casi no hay expectativas porque ‘Tailandia es Tailandia’... Es decir que es un país muy desorganizado que tiene muchos problemas y por ahí no estaba preparado para una cosa como la que pasó. Pero yo trato de pensar en positivo, si no tendría que pegarme un tiro”, comentó a Página/12, acongojado pero con calma, Rodolfo Talevi, padre del ingeniero Diego y abuelo del pequeño Bruno, quienes aún permanecen desaparecidos, víctimas del desastre natural ocurrido en el sudeste asiático. Al cierre de esta edición, la embajada argentina en ese país informó que, hasta ahora, son 41 los argentinos que habrían protagonizado la tragedia: 22 fueron hallados y están “en buen estado”, uno de ellos (la esposa de Talevi) está internada; cuatro viajaron hacia Buenos Aires; y aún se trata de establecer el paradero de otros 15 que habrían estado en las costas tailandesas, de acuerdo con los llamados que sus familiares hicieron a la embajada. El gobierno argentino decidió el envío de ayuda humanitaria con una comisión de Cascos Blancos de la ONU.
De los 15 que se buscan, “cinco estaban en la zona del desastre. Otros podrían haber estado en otros lugares, es por eso que creemos que esa cifra va a bajar”, precisó a este diario el embajador argentino en Tailandia, Diego García. “De los cinco desaparecidos, tres son niños”, añadió; en tanto que los cuatro de cuya desaparición “se tiene certeza”, dos son el ingeniero Talevi y su bebé, y otros dos, aparentemente, una pareja que habría estado en la zona de la isla de Phuket. “Si no se pueden encontrar ciudadanos argentinos o de cualquier país –opinó García–, no es porque el gobierno tailandés no haya puesto todos sus recursos a disposición, sino por la gravedad del daño.”
Diego Talevi es único hijo y Bruno único nieto. Hace cuatro años se mudó con su esposa, Carolina Vardabasso Blanco, a Kuala Lumpur, Malasia. Ambos habían decidido pasar las últimas fiestas en la isla tailandesa de Phi Phi. “Sólo me queda confiar en Dios y pensar que a esto lo vamos a superar”, confesó su padre, quien anticipó que “cuando tengamos novedades, seguro viajaremos hasta allí”. Desde un hospital de Kravi, Carolina, de 29, quien salvó su vida, se comunicó con su madre, Teresa, que viven en la ciudad de Rosario, Santa Fe: “Estoy bien, no te preocupes, hay gente que me está ayudando, con muy buena onda”, dijo. Conociéndola, su madre pronosticó que sería “imposible” su regreso “mientras no sepa nada de su esposo y de su bebé. No hay nadie que la arranque de ese lugar”.
Por otra parte, el funcionario a cargo de la embajada argentina en Indonesia, Diego Alonso Garcés, destacó a este diario que “por el momento” no hay víctimas argentinas en ese país. “Sí hay ocho argentinos que están de vacaciones en la zona de Bali y dos en la isla de Java, pero no hay desaparecidos”, puntualizó. La permanencia de esas personas en ese lugar se determinó por los llamados, mails y faxes que enviaron sus familiares.
El gobierno argentino informó que el lunes próximo enviará una ayuda humanitaria de 2.500.000 de pastillas potabilizadoras –a través de una comisión de Cascos Blancos– para asistir a unas 800 mil personas que corren serios riesgos sanitarios.
Informe: Adrián Figueroa Díaz.

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