EL MUNDO
El infierno que pasó bastante cerca
Adelante, un camión cisterna quemado. Detrás, el depósito de combustible más importante de Israel, llamado “Gelilot”, al norte de Tel Aviv. El camión-bomba, presuntamente colocado por palestinos, estalló ayer por la tarde y estuvo a punto de convertirse en un mega-atentado, que según las autoridades policiales hubiera afectado a unas 20.000 personas. Pero el incendio del vehículo fue rápidamente controlado por los bomberos. Un coche bomba estalló por la noche cerca de Tel Aviv, donde murió el que lo detonó. Tres semanas después del fin de la operación “Muro Defensivo” en Cisjordania, el ministro de Defensa israelí, Benjamin Ben Eliezer, afirmó ayer que “es previsible una nueva ola de atentados” y el servicio secreto israelí, el Mossad, advirtió de atentados contra la comunidad judía en todo el mundo. Desde el fin de esa operación israelí ya hubo cuatro ataques suicidas en Israel. A raíz del último este martes, los soldados realizaron varias incursiones el miércoles por la noche en los territorios palestinos, sobre todo en Hebrón y Jenín, donde detuvieron a 19 palestinos. El Ejército israelí ingresó además a la ciudad de Rafá, en la franja de Gaza. Ayer, en diversos hechos, murieron tres palestinos. El partido ultraortodoxo Shas admitió que hubo contactos con el gobierno para reincorporarse a él, luego de que el premier Ariel Sharon destituyera a los ministros del partido por rechazar un paquete de ajuste que ahora está aprobado en una primera lectura parlamentaria.