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El caso IBM-Banco Nación, uno de los más emblemáticos ocurridos durante la administración menemista, ya está en el preembarque del juicio oral y público. Tal como anticipó ayer Página/12, la sala I de la Cámara Federal porteña lo colocó allí en una resolución referida a las últimas apelaciones pendientes de la causa. Los camaristas indicaron que el juez federal Jorge Urso debe proceder a dar intervención al fiscal Carlos Cearras para que se expida sobre la elevación a proceso oral y público. Pero decidieron dividir el expediente porque consideran que aún falta esclarecer las responsabilidades de siete ex directores del Banco Nación, además de la posibilidad de que haya existido una asociación ilícita que abarcó también las contrataciones entre la Big Blue y la DGI.
Pasaron siete años desde que Cearras impulsó la denuncia del periodista Santiago Pinetta y los principales acusados se quedaron sin instancias de apelación. A partir de ahora, Aldo y Mario Dadone, Alfredo Aldaco, Genaro Contartese, Hugo Gaggero y Walter de Fortuna, además de los ex directores de IBM Ricardo Martorana y Gustavo Soriani sólo pueden esperar la llegada del juicio oral y público y la respectiva sentencia. “Encontrándose las actuaciones en condiciones de ser clausurada la instrucción respecto de las personas procesadas en autos, el magistrado deberá” dar intervención “de inmediato” al Ministerio Público Fiscal, es decir, a la fiscalía.
Cearras había apelado el sobreseimiento de los ex directores del Nación Alfonso Millán, César Ochoa, Juan Bautista Rigal, Julio Dentone, Víctor Bestani y Roberto Domenech porque consideró que se habían incorporado elementos de prueba que permitieron acreditar que parte del dinero que la entidad bancaria pagó a IBM fue girado desde las cuentas de la firma CCR a otras pertenecientes a otros directores. Por eso exigió sus procesamientos por entender que les cabe la misma responsabilidad que a los ex funcionarios procesados, los Dadone entre otros, en cuanto al cuidado de los intereses pecuniarios que administraban.
“Se ha tenido por acreditado que en el marco de una licitación pública llevada a cabo para informatizar al Banco de la Nación Argentina, en lo que se llamó Proyecto Centenario, algunos integrantes del directorio de la entidad bancaria contrajeron obligaciones abusivas en perjuicio de ésta”, recordaron los camaristas en una de las resoluciones firmadas ayer. Gabriel Cavallo, Luisa Riva Aramayo y Horacio Vigliani precisaron que para concretar la maniobra, hubo participación de los máximos responsables de la consultora contratada para realizar un relevamiento de la situación general del banco y posteriormente confeccionar el pliego para la contratación del sistema informático. Y entendieron que fue “imprescindible” la participación de IBM, “adjudicataria de la irregular licitación”, y de las empresas que colaboraron en calidad de proveedores. Los camaristas también destacaron la relevancia de la “inflación injustificada del precio de la oferta, que tuvo como uno de sus objetivos visibles los irregulares pagos por productos y servicios, en principio inexistentes, en razón de no haberse previsto ni en los pliegos ni en la oferta, y nunca implementado”.
Los investigadores del caso ya habían comprobado que los directores del banco “conocieron, participaron y se beneficiaron con las maniobras por haberse constatado que parte del dinero abonado por la entidad que dirigían fue depositado en cuentas bancarias extranjeras, sobre las cuales tenían poder de disposición”. Pero ahora determinaron que hay que revisar los sobreseimientos dictados a los siete ex directores de la entidad.
La sala I confirmó el sobreseimiento del ex gerente de IBM, Juan Carlos Martínez, a cargo del departamento de Compras al momento de los hechos. Los camaristas consideraron que los nuevos elementos incorporados a la causa, copias de correo interno de la empresa norteamericana, no alcanzan para demostrar su responsabilidad, y confirman sí la del ex vicepresidente de IBM Gustavo Soriani. En otra resolución, confirmaron también los sobreseimientos de las esposas de Aldo y Mario Dadone, Antonia Albarracíny Mabel Caldara respectivamente, quienes abrieron cuentas en el exterior a pedido de sus maridos.