EL MUNDO
Palabras más, palabras menos
“El comportamiento del nuevo gobierno (de Bolivia) determinará el curso de nuestras relaciones”, afirmó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, haciendo referencia a la victoria del dirigente cocalero Evo Morales en Bolivia. El vocero expresó incluso el deseo de “trabajar con el nuevo gobierno constructivamente como lo hicimos con los anteriores”. Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, dijo que “la calidad de las relaciones entre Estados Unidos y Bolivia dependerán de qué políticas lleva a cabo (Morales), incluso cómo gobierna, si gobierna democráticamente y si respeta las instituciones democráticas”. “El tema para Estados Unidos no es la orientación política de un gobierno en particular, si es de centroizquierda, de centroderecha, o de centro, sino cómo gobierna”, agregó McCormack. En los primeros cruces de declaraciones entre Morales y Washington quedó claro que la política antidroga podría constituir la manzana de la discordia en la relación bilateral. El presidente electo lanzó ayer la idea de una “alianza de lucha efectiva” contra el narcotráfico, “sin ninguna intervención policial ni militar”. En la respuesta de Washington, que otorga un alto presupuesto al país para la erradicación, McCormack deseó que ambos países mantengan en el futuro “el mismo tipo de cooperación que tenemos en la lucha contra la producción, el transporte y el cultivo de drogas ilícitas”.