Horacio Serpa y Carlos Gaviria son, por el Partido Liberal el primero y por el Polo Democrático Alternativo el segundo, los principales rivales que tendrá Alvaro Uribe, que intentará lograr su reelección para un segundo mandato en las presidenciales de mayo. Ambos fueron elegidos en elecciones internas de estos partidos, realizada de forma paralela a las legislativas del pasado domingo.

Serpa ganó, pero no con el amplio margen que se esperaba, lo que lo debilita. Es la tercera vez que aspira a la jefatura del Estado. Fue el gran competidor de Uribe en las elecciones del 2002 y tras su derrota prometió que jamás repetiría. Llegó a acusar a Uribe de ser un “paramilitar”, pero más tarde aceptó su oferta para ser embajador ante la OEA. Serpa tiene una larga trayectoria política. Ha sido ministro, fiscal, senador. Fue uno de los escuderos del ex presidente Ernesto Samper en el mayor escándalo que vivió el país, en una trama que vinculó a la política y al narcotráfico. Hubo un aporte a la campaña de Samper y el dinero procedía del otrora poderoso Cartel de Cali. Serpa pregona que es el único capaz de derrotar a Uribe en las urnas.

Carlos Gaviria es un catedrático y ex magistrado que en los últimos años ha ganado popularidad en todo el país. Aunque representa el ala más radical de la izquierda democrática, inspira confianza con sus tesis humanistas, la defensa de las libertades individuales y el diálogo. Le ayuda su cara de Papá Noel, con su pelo y su barba blancos. Dos puntos son los ejes de su campaña: la lucha contra la desigualdad y la construcción de la democracia. El mismo se ve como una nueva esperanza. “Lo que necesitamos es una democracia radical”, ha dicho varias veces. Con los modestos resultados de Serpa, muchos creen que Gaviria es mucho más rival para Uribe.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.