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Para hacerse una cirugía de cambio de sexo hay que ser bien macho

Fue autorizada por un juez y será la primera realizada en el país a una mujer que quiere ser hombre. Consta de tres intervenciones que incluyen la eliminación de las mamas y la construcción de un pene con piel del abdomen. Se hará en un hospital de La Plata.

 Por Pedro Lipcovich

Se efectuará en un hospital público de La Plata la primera operación de “cambio de sexo” de mujer a hombre en el país. Hasta ahora, las intervenciones efectuadas habían sido a personas con anatomía de varones que “cambiaban” al sexo femenino. Las comillas que relativizan el “cambio” responden a que, tal como aclaró el médico que efectuará la operación, la ciencia no está en condiciones de cambiar el sexo de las personas: existen operaciones –llamadas de reasignación– en las que se extirpan los órganos sexuales anatómicos y, mediante prótesis y remedos quirúrgicos, se obtiene una aproximación anatómica al otro sexo. En este caso, los procedimientos incluirán la confección de un pene artificial –mediante prótesis recubiertas por piel de la misma persona–; los testículos también serán prótesis, recubiertas por la piel de los labios vaginales, y se conservará el clítoris –ubicándolo en la base del pene artificial–, lo cual preservará la posibilidad de tener orgasmos. La persona que pasará por la cirugía tiene alrededor de 50 años, y la intervención fue autorizada por un juez marplatense.

En la Argentina, las operaciones de reasignación de sexo anatómico están prohibidas por ley, salvo expresa autorización judicial. En este caso, la confirió el juez Juan Manuel Fernández Daguerre, quien habilitó al Hospital Gutiérrez de La Plata. El magistrado dispuso también modificar el nombre de la persona en el DNI y la “adecuación de los datos en el padrón electoral”. La intervención será efectuada por el equipo dirigido por César Fidalgo, jefe del Servicio de Urología del Gutiérrez, donde se hicieron ya siete reasignaciones, todas de sexo masculino a femenino.

“La gente suele confundirse al creer que la cirugía ‘cambia el sexo’; de hecho, no se puede cambiar el sexo con cirugía”, aclaró Fidalgo. Se efectuarán en realidad dos o tres operaciones separadas por varios meses de intervalo. En la primera, “se creará un pene utilizando piel y grasa del abdomen de la misma persona: se despega la piel y se corta un ‘colgajo’, un rectángulo de 12 centímetros por diez, que queda unido al cuerpo por uno de sus lados. Con este rectángulo se forma un tubo cilíndrico, cuyo interior contiene grasa abdominal. En una segunda operación, meses después, se introducirá en ese pene una prótesis de silicona.”

Las prótesis pueden ser de dos tipos: “Unas se mantienen en semierección permanente; cuestan unos 1500 dólares; otras, que cuestan 7000, permiten que la persona, oprimiendo una válvula, ponga el pene en erección o en flaccidez”. Por proceder del abdomen, la piel “no tendrá, desde luego, la sensibilidad propia de la piel del pene”, pero “nos proponemos que el clítoris quede incorporado en la base del pene, a fin de que el paciente tenga cierta sensibilidad”.

En cambio, la piel del escroto artificial será particularmente sensible, ya que “provendrá de los labios vaginales, conservando su inervación”. Cubrirá unas prótesis testiculares, cuyo costo es de 300 dólares. La posibilidad de orgasmo estaría dada “por la estimulación erógena en la piel del antiguo clítoris y labios vaginales, pero es sabido que el goce sexual tiene un gran componente psicológico y también de entrenamiento, que se dará con el tiempo”, agregó Fidalgo.

Los ovarios, el útero y la vagina serán extirpados en la primera operación: “Se retira la vagina y se cierra”. Después, “se evaluará si necesita tratamiento hormonal” para obtener los caracteres sexuales secundarios masculinos. Eventualmente se procedería a una tercera intervención, “para construir una uretra en el interior del pene, pero esta operación no suele dar buenos resultados: sólo se hará si al paciente realmente le molesta orinar sentado”. En principio, orinará “exactamente donde orina ahora”, punto que quedará situado “por debajo del pene, entre las bolsas escrotales”.

En cuanto a las mamas, “ya en la primera operación se extirpa la glándula mamaria y se da forma masculina a las mamas, modificando la aréola y el pezón”. Previamente a la intervención –que aguarda autorización del Ministerio de Salud bonaerense–, la persona “fue examinada por psicólogos y psiquiatras para diagnosticar que se trate de un paciente transexual, cuyo sexo psicológico no coincide con su sexo anatómico”. señaló Fidalgo.

Leopoldo Branderiz, abogado de la persona que se operará, manifestó que “ahora se tratará de juntar el dinero necesario para las prótesis”.

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El médico César Fidalgo, jefe del Servicio de Urología del Hospital Gutiérrez, de La Plata.
 
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