Un niño de tres años dejó la cárcel en Bogotá, donde era criado por su madre guerrillera, lo que abriría la posibilidad a que otro menor de la misma edad nacido en cautiverio recobrara la libertad, en la paradoja que rodea la excarcelación masiva de rebeldes de las FARC en Colombia. Con una gorra y en brazos de la mujer, el pequeño salió en uno de los dos autobuses en que fueron trasladados ayer 40 guerrilleros a un centro de reclusión temporal en Chiquinquirá. A cientos de kilómetros de allí, la guerra cruza su destino con el de Emmanuel, otro niño de tres años nacido durante el cautiverio de su madre Clara Rojas, compañera de fórmula a la vicepresidencia de Betancourt. Emmanuel nació producto de una relación entre Rojas y un guerrillero.