Rusia defendió ayer su decisión de reanudar los vuelos sobre una isla de jurisdicción estadounidense en el Pacífico, en lo que significó la primera operación de este tipo desde el fin de la Guerra Fría. Según Moscú, se cumplieron bajo normas internacionales y nunca se violó el espacio aéreo extranjero. Sin embargo, este tipo de actitudes vienen acompañadas de un distanciamiento cada vez mayor de Estados Unidos y la Unión Europea, y de un rearme sin precedentes.

Nuevos sistemas armamentistas rusos están entrando en funcionamiento en todas las esferas: defensa aérea, misiles estratégicos, aviones de combate, buques de guerra, misiles balísticos lanzados desde submarinos, artillería y blindados. Ello es posible, ante todo, debido a la lluvia de los gaso-petrodólares que no cesa gracias a los altos precios de los abundantes hidrocarburos de este vasto país. El Kremlin no está llevando a cabo este proceso en forma silenciosa y secreta, sino abiertamente y publicitándolo tanto de cara a su propia población como al mundo.

La propaganda interior de la recuperación de Rusia de su papel de gran potencia servirá al actual régimen para calmar a los nacionalistas y garantizarse el apoyo de éstos en las elecciones parlamentarias de diciembre próximo y en las presidenciales de marzo de 2008 o, al menos, para neutralizarlos. De cara al exterior, la publicidad de la modernización militar de Rusia es una advertencia: No se metan con nosotros que tenemos las armas más eficaces, capaces de penetrar cualquier escudo nuclear y de derribar todo tipo de aviones.

Por supuesto que el rearme y la modernización militar tienen un alto costo, lo que se ha visto reflejado en el aumento de los gastos de defensa bajo el régimen de Vladimir Putin. En comparación con 2001, el presupuesto militar casi se ha cuadruplicado este año. El programa de modernización incluye, además de nuevos misiles balísticos y sistemas de defensa antiaérea, submarinos nucleares de nueva generación e incluso la probable creación de una flota de portaaviones. Para poder cumplir con este ambicioso plan de rearme Rusia deberá invertir, como mínimo, cerca de 200 mil millones de euros.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.