Jorge Gillanders Miller podría ser el primer secuestrado argentino en manos de las FARC. Hacía 55 años que vivía en Maracaibo y como muchos de los hacendados de la zona fronteriza entre Venezuela y Colombia lo amenazaban para que pague cuotas “por su seguridad”. Después de varias negativas, Gillanders desapareció en marzo de 2006. Durante meses, su esposa y su hijo recibieron llamadas de sus captores para pedir un rescate, que finalmente nunca se pagó porque nunca entregaron una prueba de vida. Su hijo Jorge está convencido, que son las FARC, como muchos familiares de los ganaderos secuestrados en Venezuela, aunque Chávez sigue asegurando que se trata de delincuentes comunes “que sólo quieren plata”.

Su drama se hizo público recién esta semana, cuando su hijo Jorge denunciara la indiferencia del gobierno de Néstor Kirchner y del de su esposa. La Cancillería relativizó las palabras de la familia y aseguró que desde que los Gillanders le comunicaron del caso, a mitad de 2006, están en contacto con los gobiernos venezolano y colombiano para intentar agilizar su liberación. Página/12 tuvo acceso a la carta que envió el hermano de Jorge Gillanders, Alejandro, a la Cancillería en junio pasado. En ella, le pedían a Kirchner que mencionara el tema en la visita oficial que iba a realizar a Maracaibo en esos días. “Estamos muy agradecidos por la consideración y el interés que su personal demostró por el caso de Jorge”.