EL MUNDO › OPINION

Internas ejemplares en una sociedad fragmentada

 Por Andres Fontana *

El alto, muy alto, nivel de fragmentación política que reflejan las internas de los partidos Demócrata y Republicano no puede dejar de llamar la atención. La opinión pública argentina ha prestado mayor atención que en otras ocasiones y muchos destacan las características de estas internas como reflejo y ejemplo de un sistema político con un alto nivel de institucionalidad y calidad democrática. Sin embargo, el rasgo más importante de estas internas no es el reflejo de la calidad democrática de los Estados Unidos sino de la mala calidad de sus políticas de los últimos años. Estas han generado o agravado serios problemas de índole social y han profundizado la falta de rumbo y de consenso internacional de la política exterior, con la consecuente fragmentación política e ideológica de la sociedad y del sistema de partidos.

John McCain va a enfrentar su principal desafío no en el futuro debate con Hillary Clinton o Barack Obama, sino en lo inmediato, cuando intente unificar el Partido Republicano bajo su liderazgo. En esto, incluso el esperado respaldo del presidente Bush puede llegar a ser insuficiente.

Tras la dimisión de Mitt Romney, John McCain no fue felicitado sino abucheado por los conservadores republicanos, que hoy dominan el partido. McCain hace un gran esfuerzo por exhibir su lealtad a la guerra en Irak y la iniciativa global de los Estados Unidos contra el terrorismo. Pero sus detractores le reprochan sus posturas moderadas en temas como la inmigración, sus posturas tolerantes hacia las minorías, no sólo raciales sino también en otros terrenos, y el haber llamado a ciertos líderes evangélicos “agentes de la intolerancia”.

Hillary Clinton y Barack Obama reflejan también el alto nivel de fragmentación política y social de los Estados Unidos. Clinton logró sus principales victorias en los estados más importantes, pero con el respaldo de los sectores más pobres, marginados de los beneficios propios de una sociedad próspera y opulenta. Barack Obama se le ha acercado cada vez más en los últimos dos meses y aún no es claro cuál es el sector social y partidario que representa en el imaginario colectivo.

Pero el hecho de que en ambos partidos hayan surgido novedades tales como un candidato negro, una mujer –ambos con posibilidades razonables de alcanzar la nominación y ganar la presidencia de la nación– un incremento de casi el 25 por ciento de la inscripción para participar en las internas, y el fuerte respaldo a Mitt Romney, con su discurso “duro” contra la inmigración ilegal y a favor de la permanencia en Irak, son todos signos de una sociedad fragmentada en busca de nuevos liderazgos.

* Decano Estudios de Posgrado Universidad de Belgrano.

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