Después de pasar varios meses de incógnito, Guido Alejandro Antonini Wilson estaría muy cerca de hacer su reaparición pública en el juicio por la valija en Miami, donde declarará como testigo. Su testimonio está previsto para algún momento de esta semana, aunque no se sabe exactamente qué día se producirá. Si empezara a hablar hoy, el mismo día en que está previsto el discurso de Cristina Kirchner en la Asamblea General de Naciones Unidas, habría una sugestiva coincidencia. Si fuera mañana, la superposición, no menos llamativa, sería con la exposición del presidente venezolano Hugo Chávez.

Cuando hoy se reanude el juicio, deberá terminar de dar su testimonio el abogado venezolano Moisés Maionica, uno de los acusados que se declaró culpable a cambio de colaborar con la fiscalía. La jueza Joan Lenard deberá definir quién es el que sigue. El fiscal Thomas Mulvihill pidió que se tome testimonio a Thomas Adler, representante de la DEA –la agencia antinarcóticos norteamericana– en Venezuela. Lo que quiere mostrar es que el único acusado, Franklin Durán, le mintió a Antonini (su ex socio) en una de sus tantas conversaciones grabadas cuando le dijo que se había reunido con Adler para dejar en claro que los 800 mil dólares de la valija no tenían que ver con narcotráfico.

En rigor, en las famosas grabaciones nadie parece decir la verdad. Maionica ya admitió que le mintió a Antonini. La veracidad, a su vez, de lo que dice el valijero en esas conversaciones es igualmente dudosa, teniendo en cuenta que grabó a sus ex socios, aliados y amigos a modo de colaboración con el FBI, con la intención de hacerles pisar el palito (para generar una causa en los tribunales norteamericanos) y de salvarse él mismo de la extradición a la Argentina y de otros frentes judiciales.

Ahora toda la expectativa está puesta en qué historia contará El Gordo ante el jurado: ¿Dirá, como en las escuchas, que la valija era del ex funcionario Claudio Uberti? ¿Y por qué afirmó en la Aduana que era suya? ¿Hablará del origen y del destino del dinero que le incautaron? ¿Explicará qué hacía en ese avión alquilado por Enarsa que lo trajo de favor desde Caracas a la Argentina? ¿Qué venía a hacer acá? ¿Y de su vinculación con la petrolera venezolana Pdvsa?

La coincidencia temporal del testimonio de Antonini con las presentaciones de Argentina y Venezuela en la ONU es un dato que llama la atención en los tribunales porteños. Más aún, porque quienes intervienen en la causa local de la valija no consiguieron hasta ahora respuesta alguna de las autoridades estadounidenses ante diversas solicitudes de cooperación: por empezar, la extradición de Antonini –cobijado ahora como testigo clave en Miami– así como las grabaciones, de cuya existencia el fiscal Mulvihill habla desde diciembre pasado. Incluso algunos de los investigadores no terminan de entender el sentido de la causa que se sigue en Florida: allí los amigos de Antonini quedaron acusados de actuar como agentes ilegales para silenciarlo sobre el origen y destino de los 800 mil dólares. Sin embargo, ese dinero no salió de Estados Unidos ni entró a ese país.