La visita que el ex gobernador entrerriano Jorge Busti le hizo ayer a Néstor Kirchner en la quinta de Olivos mostró uno de los efectos de la crisis financiera global en la Argentina. A partir de la recesión que amenaza con extenderse por el mundo, los distintos sectores del peronismo empiezan a enterrar las hachas de guerra. Aunque sea transitoriamente. En la conversación se analizó la situación económica internacional, también se repasó la convocatoria a los dos actos programados en Entre Ríos para mañana con motivo del 17 de Octubre: el principal lo encabezará Kirchner en Paraná, Busti hará el suyo en Concordia. El ex gobernador decidió mantener su acto, pero se propuso quitarle cualquier atisbo de competencia.

Por eso decidió postergar una hora el encuentro de Concordia, para no coincidir con Kirchner en las pantallas. Luego insistió en que su acto no será “contra” el ex presidente sino un homenaje a tres ex gobernadores peronistas de la provincia. “Va a ser un acto tradicional, breve”, aseguró ante PáginaI12 uno de los participantes de la charla en Olivos.

Busti llegó a la residencia presidencial flanqueado por una comitiva de más de treinta personas. Lo acompañaban senadores y diputados provinciales, diputados nacionales y dirigentes del sector que encabeza Busti en el peronismo entrerriano. La reunión comenzó con un encuentro a solas que no duró más de diez minutos. Luego de encerrarse sin testigos, Kirchner y Busti hicieron pasar a sus colaboradores. Los anfitriones soñaban con que Busti levantara su acto convocado para Concordia. El visitante optó por una situación intermedia: mantuvo su convocatoria, pero bajándole el tono, decidió atrasar el cronograma para evitar superposiciones. Los colaboradores de Kirchner interpretaron el gesto de Busti como un indicio de que la relación empieza a recomponerse.

Para relanzar ese vínculo, Kirchner estaría dispuesto a que Busti sea el primer candidato a diputado por Entre Ríos en las próximas elecciones. Esa sería la fórmula para garantizar el acercamiento entre ambos dirigentes. “Acordaron trabajar en forma conjunta por la gobernabilidad en la provincia y a nivel nacional dentro del PJ”, comunicaron desde Olivos al finalizar la cumbre. A pesar de las diferencias que los distanciaron durante el conflicto por las retenciones móviles al agro, Busti pareció tomar en cuenta la crisis internacional y prometió apoyar la conducción partidaria de Kirchner. “El peronismo es un gran movimiento. Pudimos haber tenido alguna diferencia en la coyuntura pero nunca en lo trascendental. Somos un movimiento amplio, pluralista y democrático. Apoyamos a la conducción del partido”, habrían sido las palabras de Busti.

El acercamiento tuvo alguna semejanza con el método que usó el ex presidente para congeniar con el santafesino Carlos Reutemann. En el peronismo santafesino se acordó un reparto de poder, el PJ de Entre Ríos pareció iniciar el mismo camino. El gesto que rubricó ese acuerdo lo protagonizó el anfitrión. Al finalizar la charla, Kirchner guió a Busti y su comitiva hasta el garaje de la quinta. Allí estaba el Cadillac descapotable que Perón y Evita usaban en los años ‘40. Los invitados se retiraron con una sonrisa bien peronista.