Autoridades nacionales y provinciales volvieron a manifestarse ayer contra los cortes de los pasos fronterizos con Uruguay, por el conflicto contra la papelera Botnia. El jefe de Gabinete, Sergio Massa, repitió que “todos los cortes son malos, pero mucho más un corte de un puente internacional” y el ministro del Interior, Aníbal Fernández, destacó que el “Gobierno nunca estuvo de acuerdo con los cortes”. El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, anunció que se “está cerca” del fin de la protesta y aclaró que la vía para resolverlo es la de la “concientización”. Los asambleístas respondieron que el Gobierno no va a poder “inducir las decisiones de la asamblea” y retaron a Massa a que se “instale frente a Botnia para ver el agua del río”.

Después de más de dos años de bloqueo total en el paso fronterizo que une la localidad entrerriana de Gualeguaychú con la oriental de Fray Bentos, sumado al anuncio de posibles cortes de los puentes internacionales de Colón y Concordia para el cambio de quincena, el gobierno nacional instó a los manifestantes a rever su postura. Massa nuevamente cuestionó el bloqueo advirtiendo que los asambleístas “están perjudicando a sus propios vecinos” y explicó que entendía que el fondo de la cuestión era “el tratamiento que se le da a un curso de agua binacional, por lo tanto se debe resolver por las vías que el Estado tiene, no en prácticas que, más allá de mostrar enojo, al reclamo lo terminan perjudicando”.

A los dichos de Massa sumó sus palabras el ministro Aníbal Fernández, quien remarcó que “el Gobierno nunca estuvo de acuerdo con los cortes”.

Por su parte, el gobernador Urribarri, que se reunió con los asambleístas la semana pasada para persuadirlos de levantar el bloqueo, destacó que la medida de fuerza en la frontera con Uruguay “no se justifica más”. Para el mandatario de Entre Ríos, se está cerca de lograr el objetivo porque “hay una presión cada vez mayor”. Además, dejó en claro que el gobierno provincial seguirá sosteniendo la postura del gobierno nacional, que “no ha sido partidario jamás de utilizar la fuerza” para desalojar los piquetes y que, para lograrlo, va a continuar con la tarea de “concientización”. Urribarri recordó además que “no hay ninguna posibilidad de que los cortes se propaguen”, pero señaló que igualmente ejercerá “la acción social, política, cívica y estatal para que eso no ocurra, porque el corte de Gualeguaychú ya le ha causado demasiado daño a la región”.

Los ambientalistas respondieron con enojo a las declaraciones del oficialismo. José Pouler planteó que el Gobierno no puede pretender “inducir nuestra opinión, porque lo nuestro es horizontal y se argumenta y se vota”. También lanzó un tiro por elevación para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, a quien le dijo que “tranquilamente podría opinar y podría pedir, si ella quisiera el levantamiento, pero pedirlo, no insinuarlo” a través de sus funcionarios. A su vez, la asambleísta Amalia Casela denunció que el Gobierno “oculta información desde hace muchos años, por supuesto que ya hay consecuencias” contaminantes en la zona, aseguró. Después de retar al jefe de Gabinete “a instalarse frente a Botnia y ver el agua del río”, Casela expresó su deseo de que este verano puedan “cortar los tres puentes”.

En el plano regional, los intendentes de las ciudades fronterizas con Uruguay polemizaron desde diferentes posturas. El jefe comunal de Colón, Hugo Marsó, contestó duramente al anuncio de cortes sorpresivos al decir que sufrieron “dos plagas en este tiempo: una cortaba rutas y desabastecía (por los ruralistas) y la otra la estamos soportando y la componen unos pocos trasnochados que seguramente no tienen conciencia del perjuicio que causan”, dijo en referencia a los manifestantes. En defensa de la lucha de los ambientalistas se pronunció el intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo: aseguró que, de no ser por la protesta, “hoy habría seis pasteras”.