A cinco días de la lipotimia que la obligó a suspender su agenda de trabajo, la Presidenta retomó su labor cotidiana, aunque con menor ritmo y sin desplazarse de la Quinta de Olivos. Ayer a la mañana, Cristina Fernández recibió en la residencia presidencial a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. Tras mantener una reunión de trabajo con su cuñada, la primera mandataria hizo una pausa en sus compromisos y, por la tarde, se entrevistó –en forma separada– con el jefe de Gabinete, Sergio Massa; el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el titular de la Anses, Amado Boudou. Condicionada por su estado de salud, CFK estuvo varios días sin aparecer en público. Su reaparición ante las cámaras se concretará recién hoy, a las 11.30, desde la Sala de Convenciones de Olivos: allí anunciará medidas dirigidas a la producción agropecuaria (ver página 5).

Las primeras actividades de CFK tras el descanso obligado que le suscribió el médico presidencial, Luis Buonomo, fueron una serie de reuniones en Olivos. Las entrevistas se realizaron ya el lunes a la tarde, por su carácter urgente. Así fueron desfilando los ministros Carlos Tomada (Trabajo), Débora Giorgi (Producción) y Florencio Randazzo (Interior), el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi, y el jefe de Gabinete, Sergio Massa. Con Tomada, Giorgi y Cheppi, CFK analizó los anuncios para el campo que se conocerán esta mañana. En esas primeras reuniones, la Presidenta hizo un lugar para el intendente de San Nicolás, Marcelo Carignani, y el diputado José María Díaz Bancalari, reconocido dirigente del PJ proveniente de esa ciudad. Ambos visitantes hablaron con la mandataria sobre el conflicto en la empresa Siderar, del grupo Techint, que amenaza con una ola de despidos.

En una entrevista radial, Díaz Bancalari habló ayer sobre el estado de salud de Cristina Fernández. El diputado fue el primer oficialista que utilizó la palabra “desmayo” para referirse al cuadro de lipotimia que la afectó. “La vi perfectamente bien, rodeada de papeles”, dijo Díaz Bancalari. Luego contó que CFK se había comprometido a defender la estabilidad laboral de los trabajadores de Siderar. Hace unas semanas, la empresa anunció que iba a despedir a 1200 obreros de los 2400 que emplea la planta de San Nicolás. Los operarios están encuadrados en la Uocra y la Unión Obrera Metalúrgica. “Lo que dice la Presidenta es que hay que utilizar todos los mecanismos legales para defender las fuentes de trabajo. Nos dijo que estaba perfectamente al tanto de lo que ocurría en Siderar y que ella misma iba a participar activamente en la defensa de esos trabajadores”, relató Díaz Bancalari.

Tras el acto de hoy en Olivos, el progresivo retorno a la escena pública de CFK seguirá mañana, a las 19, en la localidad bonaerense de Berazategui. En ese municipio, que gobierna el peronista Juan José Mussi, la Presidenta recorrerá la nueva planta depuradora de líquidos cloacales. También pondrá en funcionamiento un nuevo tomógrafo en el Hospital Evita Pueblo e inaugurará obras de pavimentación sobre la avenida Lisandro de la Torre y la ruta provincial 36. El resto de la semana no prevé demasiados compromisos, seguramente porque el fin de semana la mandataria tiene previsto realizar el demorado viaje de tres días a La Habana y Caracas. El vuelo iba a despegar el sábado pasado, pero la intervención de la Unidad Médica Presidencial llevó a postergar la visita una semana.

El viaje a Cuba no fue el único compromiso presidencial que debió suspenderse. También se aplazó el anuncio de medidas para el sector rural, originalmente pautado para hace una semana.