Viernes, 20 de marzo de 2009 | Hoy
EL PAíS › EMILIO PéRSICO, DIRIGENTE DEL MOVIMIENTO EVITA
Por Alejandra Dandan
Emilio Pérsico aún está bajo estado de shock. En diálogo con Página/12, el dirigente del Movimiento Evita explica qué fue lo que dijo y qué quiso decir cuando sugirió que, ante una derrota electoral, el gobierno de CFK dejaría todo en manos del vicepresidente Julio Cobos. Sus declaraciones dispararon un escándalo. La oposición las usó para agitar el fantasma de la crisis. Desde el Gobierno, en cambio, funcionarios y legisladores salieron a criticarlo.
–Usted dijo que la elección instalaba la idea del plebiscito y que, si el FpV no gana, tendría que irse. Ayer se desdijo. ¿Qué pasó?
–En realidad, creo que mi frase no fue muy feliz y lo que yo quería expresar era que los argentinos iban a estar felices gobernados por Cobos, por Carrió o esos sectores. A mí me cuesta imaginar eso y cuando me imagino veo un país que mira más al pasado que al futuro. Las frases después son usadas por la oposición en contra nuestro cuando, en realidad, en ningún momento quisimos hacerle daño a este proceso. Todo lo contrario.
–Igual, la frase sonó creíble. Usted no fue el único que habló, y pareció como que alguien les hubiera dado una señal.
–No. Es la oposición la que nos quiere empujar y empujar a la confrontación constantemente. Los que vienen confrontando con Cristina desde que está en el gobierno son ellos. Agreden, agreden y agreden, más cuando dicen que Cristina no va a llegar a fin de año. Yo la defiendo visceralmente, por ahí porque no tengo la personalidad de otros compañeros. Pero éste es el único gobierno que permitió que todos los compañeros estén todos los días un poquito mejor.
–¿Dice que usted defiende al Gobierno porque varios funcionarios lo criticaron?
–El argumento más coherente en contra de lo que yo planteé es que el peronismo nunca abandona ninguna batalla. Pero además, los que han abandonado son los gobiernos reformistas y que no tienen el apoyo popular. ¡Este gobierno tiene apoyo popular! Estoy seguro de que vamos a sacar cerca de 50 por ciento en Buenos Aires. El problema es, insisto, que vivimos en una agresión constante.
–¿Lo llamaron para retarlo?
–No me pueden decir nada, uno se da cuenta cuando hace algo que perjudica.
–¿Cuándo se dio cuenta de que había metido la pata?
–Cuando Clarín se puso contento.
–Usted dijo que si los números en junio no dan, el FpV debía bajarse para reconstruir el consenso popular. ¿Eso es así?
–Primero, yo estoy convencidísimo de que tenemos un respaldo mucho más importante de lo que reflejan las encuestas, porque quieren hacer invisibles a los sectores populares. Parecería que pobres y trabajadores están marginados de este proceso. Si habla un intendente del conurbano profundo, siempre es un ladrón o corrupto. Ellos organizan una marcha y hablan de “gente”, no de “indigentes”. ¿Por qué? Porque fueron solos. Nuestros compañeros de los barrios no pueden ir solos porque no tienen los recursos: se organizan y van en micro.
–El senador Miguel Angel Pichetto dice que la política de alianzas fracasó. ¿Ustedes que vienen de los movimientos sociales cómo lo ven?
–Pichetto es un compañero peronista y lo respeto. Pero nosotros creemos en el frente nacional, popular, transformador. Porque creemos que hay identidades históricas, pero las identidades se van regenerando. Hoy Kirchner está generando una nueva identidad.
–¿Incluye a Julio Cobos en ese frente?
–Hay radicales que han hecho las cosas mal; en eso soy pragmático y por ahí no muy político. Yo con Santiago del Estero me saco el sombrero, pero con Cobos no.
–Un tema difícil: Felipe Solá. Ustedes eran amigos. ¿Cómo lo ve?
–Todos los analistas que supuestamente saben tanto de política deberían preguntarse por qué, cuando estaba con nosotros, Solá medía más de 40 puntos. Ahora mide siete, menos de la mitad de Francisco de Narváez. Uno a veces piensa que es dueño de las cosas y no que es parte de un proyecto político. Ese capital no se puede llevar a otro lado. La clase política se tiene que dar cuenta de que es como los globos: siempre quieren ir para arriba. El que es diputado quiere ser senador, después gobernador, después presidente. Esa es la carrera política como si fuera la carrera de un médico, pero la política así no es una herramienta de la gente, para que la gente se organice, que cambie la realidad. Muchos políticos pierden eso. Kirchner no.
–¿Cree que el PJ tiene que jugar a Kirchner en la provincia?
–Es aquel que nos sacó del pozo, es un amigo. No hablé con él de la candidatura, pero él es un convencido de que la campaña tiene que ser muy cortita y tenemos que estar gobernando.
–Parece una respuesta a la oposición que les critica discutir en el Congreso el cambio de calendario, en vez de afrontar los problemas.
–Gobernamos todo el día. Seguro: estos pingüinos son terribles trabajando.
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