La presidenta Cristina Kirchner recibirá hoy al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en lo que será el quinto encuentro en apenas un mes, y abordarán una amplia agenda, centrada en las posiciones en común frente a la crisis internacional y su consecuencia directa en la caída del comercio bilateral, que el año pasado había alcanzado un record histórico.

Lula llegó a Buenos Aires ayer pasadas las 20, acompañado por varios funcionarios, entre ellos el canciller Celso Amorim, y fue recibido en el Aeroparque por el vicecanciller Victorio Taccetti y los embajadores Juan Pablo Lohlé y Mauro Vieira. Después de los saludos protocolares, Lula se retiró rápidamente a su lugar de alojamiento, el hotel Four Seasons.

La reunión entre ambos presidentes, prevista para las 11 en la Casa Rosada, se enmarca dentro del mecanismo de Integración y Coordinación Bilateral, firmado el año pasado, que estipula una reunión de consultas cada seis meses mínimo. La de hoy será la tercera.

Cuando aborden la cuestión de la crisis internacional, la Presidenta, como lo anticipó el martes, le propondrá a Lula mocionar ante el G-20 que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) forme parte de las reuniones del grupo. Y un tema que seguramente será de interés mutuo para conversar es el de la baja en el comercio entre ambos países y el reclamo de medidas proteccionistas que reciben de sus respectivos empresariados.

En 2008, el comercio bilateral llegó al record de 30.000 millones de dólares, pero en marzo último las compras brasileñas a la Argentina bajaron un 10,4 por ciento respecto del mismo mes de 2008 y las ventas, un 33,5 por ciento. Esto hizo que por primera vez en seis años la balanza comercial fuera favorable a la Argentina, pero en un clima de retracción.

Pese a que puede haber algún tema árido –como cierta inquietud del gobierno argentino por la intención de Brasil de construir una nueva represa en el río Iguazú–, se descuenta que el encuentro servirá para reafirmar el estrecho vínculo que mantienen en los últimos años ambos países. Hace pocos días Lula declaró a la prensa que las relaciones con Argentina “jamás tuvieron un momento tan excepcional”, y poco después sostuvo: “No puedo imaginar a Argentina y Brasil separados”.

La agenda también incluye la posibilidad de que la empresa aeronáutica estatal de Brasil, Embraer, se asocie con la fábrica de aviones de Argentina en Córdoba. Otra cuestión que seguramente tratarán los presidentes será la de avanzar en la idea de reemplazar el dólar por el peso y el real para pagar el intercambio comercial, al menos entre pequeñas y medianas empresas de ambos países, y lograr que el mecanismo se aplique en todos los países de la región con monedas locales. La agenda también incluye temas de integración energética, cooperación judicial, integración ferroviaria, cooperación farmacéutica y desarrollo de tecnologías de satélites.

Desde el 20 de marzo, CFK y Lula se reunieron cuatro veces: en un encuentro bilateral en San Pablo, en la Cumbre de Líderes progresistas en Viña del Mar, en la Cumbre del G-20 en Londres y en la Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, el fin de semana pasado.

Después de la reunión en la Casa Rosada, los presidentes irán al Palacio San Martín a compartir un almuerzo en honor a Lula, quien por la tarde regresará a su país.