Con la presunta legitimidad que le da su condición de candidato, el represor Luis Patti se consideró “proscripto y perseguido”, al tiempo que vaticinó que será habilitado a competir por una banca de diputado en las elecciones del 28 de junio. “Me metieron preso porque soy Patti y porque hacía política”, se quejó en declaraciones por radio desde la cárcel de Marcos Paz. “Ninguno de los tres candidatos tiene votos en la clase humilde de la sociedad, yo sí los tengo y también en la clase media”, se jactó el ex comisario procesado con prisión preventiva por delitos de lesa humanidad. “Antes de hablar de perseguidos políticos debería lavarse la boca, no tiene la menor idea de lo que es un preso político, le recomendaríamos algunos libros de historia para que vea como sus amigos policías y militares de todo el continente persiguieron a los pueblos por sus ideas”, le replicó el abogado Pablo Llonto, que representa a algunas de sus víctimas en el caso que lo llevó tras las rejas.

Patti se trenzó, además, en una polémica con el jurista Daniel Sabsay, a quien acusó de privilegiar “lo ideológico sobre lo profesional” por argumentar en contra de su habilitación para candidatearse a diputado. “Un constitucionalista no puede violar el derecho de la presunta inocencia, y me extraña en Sabsay, a quien siempre tuve como un hombre serio y responsable”, fustigó el ex intendente de Escobar. Conocidas las palabras de Patti, Sabsay dijo: “No me criticaba cuando decía lo contrario. Me opuse cuando la Cámara de Diputados impidió su acceso, el de un candidato cuya postulación no había sido impugnada en tiempo y forma. Ahora es diferente. El Pacto de San José de Costa Rica establece que sólo puede impedirse la candidatura a quien está procesado y tiene sentencia firme, pero acá se ponen en juego otros tratados, los que crean delitos de lesa humanidad, como el Tratado contra la Tortura y la Desaparición Forzada de Personas”. El jurista agregó que “la alta presunción de que (Patti) los haya cometido ha llevado a los jueces a ponerlo preso, por eso el país debe hacer todo lo necesario, por esos tratados, para impedir la impunidad. ¿No es violar los tratados que, a partir de una elección, una persona que está presa obtenga inmunidad de arresto por ocupar una banca?”.

Patti se permitió opinar que los organismos defensores de los derechos humanos que rechazan su postulación “son partidos políticos de izquierda” y dijo que “todos ellos hacen impugnaciones, pero nadie se preocupa por la desnutrición de los chicos o por las víctimas del delito, los derechos humanos de los que tienen desnutrición infantil no existen”. El abogado Llonto, uno de sus impugnantes, se indignó. “Así que ahora Patti se va a ocupar de la desnutrición de los chicos y de la pobreza, ¿piensa fusilar pibes de los barrios pobres como hacía la bonaerense en los años de la impunidad?”. Según el letrado, que representa a la familia del asesinado ex diputado justicialista Diego Muniz Barreto, “para lo único que Patti quiere ser diputado es para intentar tener impunidad y zafar de las causas, y si ahora pretende ponerse en el rol de perseguido político la cobardía es mayor porque ni siquiera asume las atrocidades de las que antes se jactaba”. De hecho, hace años el represor explicaba que “para esclarecer un delito hay que cometer tres o cuatro hechos delictivos como privación de la libertad, apremios y allanamiento de domicilio, entre otros” (1990, diario Clarín).

“Pronto irá a juicio oral y tendrá que enfrentarse a decenas y decenas de pruebas que le mostrarán a la sociedad, a la Justicia, a la familia de Patti y a él mismo, la manera cobarde en que actuaba”, completó Llonto, al tiempo que se preguntó: “Si se considera inocente, ¿por qué se quedó mudo en la declaración indagatoria que te tomaron hace un año y medio?”.