Miércoles, 3 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › EN CAMPAñA
Juntos, sonrientes y optimistas se mostraron los principales referentes de Unión-PRO en un nuevo día de campaña por el conurbano. Acompañados por Felipe Solá, que busca recuperar algo del protagonismo perdido, Francisco de Narváez y Mauricio Macri recorrieron Lanús, comieron garrapiñadas y dialogaron con vecinos y comerciantes, a quienes aseguraron que su PRO-peronista dará el batacazo el 28 de junio.
“Estamos empatando”, se ilusionó Macri. “Vamos a ganar”, exageró Solá. “Vamos a gobernar desde 2011”, completó De Narváez. “Hay una enorme cantidad de indecisos, y los indecisos no votan por Kirchner”, especuló Solá para justificar su ilusión. Según el jefe de Gobierno porteño, el oficialismo mide la intención de voto “así como lo hace con el índice de inflación”, por lo que la creciente distancia que, en las últimas encuestas, separa a Unión-PRO de la boleta oficialista e incluso los condena a luchar el segundo puesto contra el tándem Stolbizer-Alfonsín, no sería más que un engaño.
En la misma línea –sostuvieron– también sería falsa la catarata de trascendidos que hablan de roces internos y amenazas de alejamiento dentro del frente de centroderecha. Varias veces dejado de lado en la conformación de listas y la exposición pública durante la campaña, Solá protestó hasta el límite de lo razonable, aunque en los últimos días, quizá resignado, decidió bajar los decibeles para no perjudicar su boleta. Ayer, De Narváez fue más allá y descartó cualquier diferencia interna: “Nunca hubo otra cosa más que unión”, afirmó el empresario colombiano. Sin embargo, el spot televisivo que había grabado junto al ex gobernador sigue sin ser puesto al aire, por lo que desde el entorno de Solá decidieron comenzar a difundir uno de factura propia.
Estos diferendos no les impidieron a los tres mosqueteros PRO aunar sus voces para atacar a Néstor Kirchner. “En la Argentina están en riesgo las libertades”, advirtió, alarmado, De Narváez. “Si Kirchner pudiera, estatizaría la economía –especuló el empresario–, tiene el modelo chavista en la cabeza.”
El jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires también agitó el fantasma venezolano, “el peor amigo que podría tener la Argentina”. En cambio –propuso Macri–, hay que asociarse “con todo el mundo para que vuelvan a creer en nosotros y a invertir”.
Felipe Solá, por su parte, propuso “una ley de primer empleo totalmente diferente de la que tenemos hoy”, “sincerar la canasta de alimentos” y “tener un plan antiinflación transparente”, mientras que para su multimillonario compañero de fórmula “se trata de que la plata alcance para llegar a fin de mes”.
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