Lunes, 29 de junio de 2009 | Hoy
EL PAíS › GABRIELA MICHETTI GANó Y FERNANDO “PINO” SOLANAS SALIó SEGUNDO, A MENOS DE SIETE PUNTOS
El macrismo obtuvo cinco de los trece diputados en juego. Proyecto Sur consiguió tres bancas, peleaba por una más y será la segunda fuerza en la Legislatura. Elisa Carrió entró a la Cámara baja con lo justo y Carlos Heller se aseguró su lugar.
Por Santiago Rodríguez
Si no fuera porque en las elecciones, como en las carreras de autos, sólo uno de los competidores ve al final la bandera a cuadros desde el primer puesto, se podría decir que en la ciudad de Buenos Aires hubo ayer más de un vencedor: Gabriela Michetti se quedó con la victoria, pero Fernando “Pino” Solanas también puede darse por ganador. La ex vicejefa de Gobierno ganó y no sólo consolidó así las aspiraciones presidenciales de Mauricio Macri, sino también su propia pretensión de sucederlo dentro de dos años; el líder de Proyecto Sur confirmó en las urnas el segundo lugar que las encuestas empezaron a vaticinarle en los últimos días de campaña y se convirtió en referencia ineludible del progresismo porteño. La contracara fueron Elisa Carrió, que desde el tercer lugar ve tambalear su sueño de volver a disputar la presidencia en 2011, y Aníbal Ibarra, quien ni siquiera consiguió los votos necesarios para ser diputado. Carlos Heller terminó cuarto, con un caudal electoral muy inferior al que había tenido el kirchnerismo en los últimos años.
Michetti fue la primera en salir a proclamar su triunfo. Lo hizo de la mano de Mauricio Macri poco antes de las nueve y media de la noche. A esa hora ya se habían escrutado cerca del 20 por ciento de las mesas y el resultado arrojaba una tendencia que el paso del reloj corroboró como correcta: casi el 31 por ciento de los porteños votó por la candidata a diputada del macrismo y uno de cada cuatro eligió a Solanas. Con poco más del 19 por ciento, el Acuerdo Cívico y Social de Carrió –con Alfonso Prat Gay a la cabeza de la lista– debió resignarse al tercer puesto. Heller quedó en cuarto lugar con algo menos de 12 puntos y lejos, con poco más de 3 por ciento, concluyó Ibarra, con el socialismo a menos de un punto.
En función de esos porcentajes, de las trece bancas de diputado que había en juego, cinco quedaron para PRO. Proyecto Sur tenía garantizadas tres y al cierre de esta edición peleaba una más en el reparto que surge de la aplicación del sistema D’Hont. Al Acuerdo Cívico y Social le correspondieron tres y así Carrió entró con lo justo. Heller se aseguró su ingreso a la Cámara baja en nombre del oficialista Encuentro Popular para la Victoria.
“Estoy muy contenta”, dijo Michetti en su breve discurso triunfal en el bunker de Unión-PRO. La victoria era lo que Macri necesitaba para plantarse de igual a igual frente a los demás exponentes de la derecha que tienen pretensiones de anotarse en la carrera presidencial. Su ex vice, en tanto, la precisaba para ratificar su condición de candidata natural del macrismo para suceder a Macri en caso de que decida apostar por la Presidencia.
El triunfo de Michetti, sin embargo, no fue todo lo dulce que el macrismo hubiera deseado. En cierta forma dejó un sabor amargo que se diluyó en medio de los festejos de los macristas por el triunfo de su socio Francisco de Narváez en la provincia de Buenos Aires.
Michetti ganó, pero con muchos menos votos de los que le auguraban al comienzo de la campaña: no sólo quedó muy lejos del 46 por ciento que hace dos años sacó junto a Macri en la primera vuelta de las elecciones a jefe de Gobierno, sino que tampoco alcanzó los 34 puntos que en 2005 obtuvo el jefe de Gobierno como candidato a diputado. Macri tampoco consiguió asegurarse la mayoría propia en la Legislatura para encarar sin sobresaltos la segunda mitad de su mandato en la Jefatura de Gobierno porteño (ver aparte).
Otra cosa que el imaginario macrista de los primeros días de campaña no contemplaba era que la brecha con el segundo fuera de menos de siete puntos y, menos aún, que ese puesto iba a ser para Solanas. En los planes del macrismo encajaba mejor el Acuerdo Cívico y Social o incluso el kirchnerismo, dos fuerzas con las cuales armaron en estos dos años un buen esquema de convivencia en la Legislatura.
El progresismo porteño obtuvo en conjunto más votos que el macrismo. El correlato que eso puede llegar a tener en la Legislatura tampoco es un buen presagio para Macri.
Solanas se erigió anoche mismo en un referente del centroizquierda porteño y su espacio será la segunda fuerza legislativa a partir del recambio de diciembre. En sus planes iniciales, cuando ni él mismo imaginaba lo que le depararon las urnas, no figuraba la candidatura a la Jefatura de Gobierno en 2011, sino la postulación a la Presidencia. En Proyecto Sur siempre se mencionó a Claudio Lozano como el candidato para dar pelea en la ciudad.
Anoche, en la aparición ante las cámaras que hizo después de que Michetti bajó del escenario de Unión-PRO, Solanas pareció ratificar su rumbo: hizo un discurso de neto corte nacional, en el que habló de “cambiar las políticas” actuales, insistió en la necesidad de “recuperar los recursos naturales” y pregonó que “vuelve a encenderse la esperanza de reconstruir un movimiento”. En privado, no dio señales en contrario, pero anticipó que “en el 2011 vamos a pelear la Jefatura de Gobierno”.
Excluido de esa disputa quedó anoche mismo Ibarra. El ex jefe de Gobierno acompañó hace dos años la postulación de Daniel Filmus y anotó en su cuenta el incremento en la intención de voto que el actual senador kirchnerista tuvo en el tramo final de aquella campaña, en la que encabezó una nómina local que obtuvo cinco bancas en la Legislatura. Ibarra tomó aquello como una reválida política tras su destitución por la tragedia de República Cromañón e imaginaba que estas elecciones le servirían de trampolín para intentar un regreso al gobierno de la ciudad.
Aquellos que desde el oficialismo soñaban también con el lugar que hoy ocupa Macri –como Filmus, por ejemplo– también sentirán el impacto del veredicto de los porteños: Heller no escapó a la debacle e hizo la peor elección de la historia del kirchnerismo en la Capital Federal, un distrito que siempre le fue esquivo al oficialismo.
Las elecciones también complicaron los planes de Carrió en el plano nacional. La líder de la Coalición Cívica necesitaba un buen resultado para enfrentar con alguna chance de éxito a Julio Cobos en la interna presidencial de la familia radical. El vicepresidente ganó con absoluta comodidad en Mendoza. Hace dos años, más del 36 por ciento de los porteños votó a Carrió para presidenta. Ayer su lista sacó la mitad y lo pagó con el tercer puesto.
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