“Chorizo, vacío, morcilla, pollo y asado es lo único que hay en la agenda”, dijo a los periodistas el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, al entrar a la sede del Partido Justicialista en Matheu 130 para compartir ese menú en lo que las fuentes calificaron como “una cena de camaradería” con los diputados oficialistas. Cuando alguien le preguntó graciosamente si se trataba de “un asado para llenar el vacío”, Fernández rió. Y lo hizo justificadamente, si se comparte el criterio de los organizadores sobre el éxito de la convocatoria: fueron 94 diputados, un número alto teniendo en cuenta la inmediatez de la invitación y que varios no llegaron a tiempo.

La intención de la reunión, según la explicación oficial, fue la de juntarse a hablar, mostrarles a los diputados que el Poder Ejecutivo los contiene y comparte con ellos las políticas y las estrategias. Aunque las fuentes también admitieron la intención de reunir a los fieles, luego de las recientes deserciones en el bloque kirchnerista de tres diputados entrerrianos y uno cordobés, y antes de los importantes debates que se vienen en el Congreso, desde la prórroga de facultades especiales hasta el Presupuesto 2010.

“Los que vinieron esta noche sabemos que no se van a ir. Si vinieron a comer el asado es porque entienden que acá se come bien”, dijo a Página/12 una de las fuentes, haciendo gala de una alegoría gastronómica sobre el cobijo político que tendrán los diputados oficialistas.

Antes entrarles a las achuras y a la tira, Aníbal Fernández hizo una escala en el auditorio de la sede del PJ, donde les habló a los diputados. Básicamente fueron exaltaciones al proyecto político compartido, gratitud por el compromiso y elogios al trabajo de todos, pero especialmente al del jefe del bloque, el santafesino Agustín Rossi, y al presidente de la Cámara, el jujeño Eduardo Fellner. En ese momento había 86 diputados, luego se sumarían 8 más.

Después de las palabras de Fernández, todos subieron al quincho del tercer piso y se distribuyeron en varias mesas, la principal con el jefe de Gabinete en la cabecera, rodeado por Rossi, Fellner, José María Díaz Bancalari, Patricia Vaca Narvaja, Carlos “Cuto” Moreno y Carlos Kunkel.

En esa mesa se escucharon varias definiciones que conceptualmente se pueden sintetizar así: 1) “No debemos autoflagelarnos por el resultado de las elecciones, pero sí entender las causas y actuar en consecuencia”. 2) Emparentada con la anterior, “tenemos que registrar la nueva realidad y amoldarnos a ella”. Las dos frases aludían tanto a los legisladores como al Poder Ejecutivo. 3) Aunque se dijo que la agenda de anoche no incluía los proyectos próximos a tratarse en el Congreso, se habló de que “las retenciones no se tocan”.

Sobre ese último punto, hubo más de un diputado que abogó para que el Ejecutivo muestre flexibilidad para darles un mayor margen de maniobra en las negociaciones en el Congreso.

Otro tema que rondó en cada mesa es el cruce de información o conjeturas sobre el rol que tendrá Néstor Kirchner en la Cámara de Diputados que quedará conformada el 10 de diciembre y donde el oficialismo tendrá más dificultades que ahora en alcanzar la mayoría propia.

Al salir de la reunión, el jefe de Gabinete sólo dijo que se trató de “una charla informal y muy buena” y negó que haya bajado línea porque “los diputados saben muy bien lo que tienen que hacer”.

Uno de los legisladores que hablaron anoche con la prensa fue la mendocina Patricia Fadel, quien aseguró que fue el bloque el que pidió tener un encuentro con Fernández para “tener un contacto directo” porque, dijo, “nos parecía importante juntarnos con él y hablar de todos los temas”.

Fernández trató de restarle trascendencia al encuentro de anoche y se mostró sorprendido por la amplia cobertura periodística. Pero de todas maneras anticipó que también se va a reunir próximamente con los senadores. Estas convocatorias sumadas a la reunión que tuvo esta semana la Presidenta con Rossi, muestran la atención que el Gobierno le está prestando a la agenda legislativa que se viene.