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Francisco de Narváez pidió a la Junta Electoral que impida la asunción de Julio Rubén Ledesma. Para el empresario, el diputado que perteneció al Frente para la Victoria y que ahora ganó las elecciones como parte de Unión-PRO realizó “una pirueta circense para pasarse de un partido a otro”, dijo en alusión al apoyo que le dio al kirchnerismo en la votación del Presupuesto. En torno de Ledesma, en tanto, se defienden: “La decisión de separarnos de Unión-PRO estaba tomada desde junio, cuando nos dimos cuenta de que el bloque de De Narváez no funcionaba como bloque”.

Ledesma asumió como diputado en 2005 de la mano del kirchnerismo, pero luego se pasó al bloque de De Narváez, y en los comicios de junio logró la reelección por la lista de Unión-PRO. La semana pasada, durante la votación en la Cámara baja de la Ley de Presupuesto, el diputado acompañó el proyecto en general del oficialismo. Mauricio Macri y el propio De Narváez primero resolvieron echarlo del partido y ahora le piden a la Justicia que le impida que asuma.

Para De Narváez, Ledesma habría “incurrido en inconductas que vulneran el derecho de los ciudadanos que votaron una plataforma electoral”. Y a través de los apoderados, le pidió al juez federal con competencia electoral de La Plata, Manuel Blanco, que el diputado no asuma la banca porque “en forma burda, repentina y maliciosa, ocultada hasta el presente, ha manifestado públicamente la ruptura total con los partidos que lo han postulado”.

Hace unos días, Ledesma lo había admitido. “Nosotros no pertenecemos a Unión-PRO desde el mismo 28 de junio, y ya conformamos nuestro propio bloque, la Corriente Peronista Federal, así que nos están echando de un lugar del que nos fuimos hace meses”. En su entorno aseguran que se fueron por varios motivos. Entre ellos, porque el bloque no funcionaba y De Narváez jamás convocó a una reunión de bloque. Por otro lado, también hablan de problemas “políticos y personales” con el empresario. En ese sentido, aclaran que De Narváez armó tres colectoras paralelas en La Matanza que le quitaron posibilidades a Ledesma en su distrito.

“Más allá de que esta parte considera un ilegítimo objetivo por parte del imputado, como lo es provocar confusión y engaño sobre el electorado –indica el escrito–, esa maniobra se ha visto agravada por la realización de actos de campaña electoral en los cuales el señor Ledesma participó activamente.”

En la presentación también se argumenta que “esa conducta maliciosa y engañosa fue desplegada a través de medios audiovisuales y gráficos, provocando la afectación del bien jurídico primordial, la pureza de la real voluntad política del sufragante, protegido por el Código Electoral”. El capítulo sobre los delitos electorales dice que la inducción con engaños se penará con “prisión de dos meses a dos años al que con engaños indujere a otro a sufragar en determinada forma”. Por eso, le dicen al juez que Ledesma con la “conducta que desarrolló para captar el sufragio de los electores y con su comportamiento posterior, comete un fraude y un engaño”.

Alrededor de Ledesma están convencidos de que la medida no va a prosperar y que lo que hicieron no fue un engaño. Y que su nuevo bloque no estará con Unión-PRO pero tampoco con el Gobierno.