EL PAíS › EL GOBIERNO DE LA PROVINCIA REFORZO
LA SEGURIDAD EN PREVENCION DE POSIBLES SAQUEOS
Alerta roja acerca de un nuevo diciembre negro
Juan Pablo Cafiero ordenó tomar medidas en las inmediaciones de centros comerciales y supermercados. En especial se temen ataques a los mercados chicos y en horario nocturno. El subsecretario de Seguridad del gobierno nacional apunta a la pista menemista. Otros funcionarios disienten. Qué opina la Bonaerense. Las diferencias entre la situación actual y la de hace un año según funcionarios de la Rosada.
Por Raúl Kollmann
El ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, ordenó ayer el refuerzo de la seguridad en centros comerciales y supermercados “en prevención de actos vandálicos y saqueos”. La previsión es que el objetivo de los saqueos serán los supermercados más bien chicos. Entre las medidas que se preparan está una mayor vigilancia entre las 20 y las 22, o sea cuando ya se fue la luz pero todavía hay supermercados abiertos, e incluso el corte de algunas calles para mejorar la vigilancia. Los informes oficiales mencionan conatos de saqueos en las últimas 48 horas en San Fernando y José C. Paz, aunque en la Casa Rosada hablan también de intentos en Tigre, Campana, Polvorines y otras dos localidades.
El diagnóstico del gobierno nacional es que efectivamente hay grupos en distintos barrios que están creando el clima de saqueos y el protagonismo pasa por patotas, bandas de delincuentes muy jóvenes, dirigentes de segunda o tercera línea del PJ y algunos desocupados con relaciones con los piqueteros más duros.
“Esto no es conflicto social –le dijo anoche a este diario un alto funcionario de la Casa Rosada–, son bandas que bajan el mensaje del saqueo y después van a aprovechar la situación para robar.”
Página/12 publicó ayer la denuncia de cuatro agrupaciones piqueteras según la cual punteros menemistas del Gran Buenos Aires ofrecen entre 20 y 25 pesos para saquear supermercados de aquí al 20 de diciembre. Apuntarían a crear un clima de desorden que posicione a Carlos Menem como el símbolo del orden necesario. Esa fue, también, la visión del ministro de Trabajo de Buenos Aires, Mariano West, que antes era intendente de Moreno.
El oficialismo está dividido sobre esas denuncias. Algunos funcionarios perciben la mano negra del ex presidente detrás de la movida. El más enfático fue el subsecretario de Seguridad, Carlos Vilas, quien afirmó que existen informes de seguridad que señalan hacia punteros del menemismo como incitando a desmanes. Con esto coinciden algunos de los intendentes del Gran Buenos Aires. Otros miembros del Gobierno afirman, en cambio, que “no hay pruebas contra Menem”. Explican que el menemismo, al menos en sus primeros niveles, no tiene participación, y que los punteros justicialistas que están actuando sí estuvieron con Menem a mediados de los ‘90, pero que ahora ya no le responden.
En la Bonaerense percibieron cierta espontaneidad en el caso de San Fernando, donde los detenidos no son chicos sino personas de entre 30 y 40 años.
A raíz de las instrucciones de Cafiero, los jefes de las departamentales de la Bonaerense reunieron a todos los comisarios encargados de seccionales para que implementen en sus jurisdicciones medidas de seguridad previstas en el alerta policial. Esto significa que habrá patrullajes y custodias fijas en los centros comerciales, calles donde haya muchos negocios, centros de distribución y supermercados e hipermercados. Con la Gendarmería y la Prefectura se empezó a conversar para que se amplíe el patrullaje que esas fuerzas están haciendo y tal vez la Gendarmería disponga una cantidad de hombres para colaborar con las custodias fijas, de manera de liberar efectivos de la Bonaerense que conocen más el terreno.
En la Casa Rosada sostienen que la situación es hoy completamente distinta a diciembre de 2001. Así lo describió uno de los funcionarios responsables del área de Seguridad:
u “El año pasado, a esta altura, justo se impuso el corralito. La clase media estaba furiosa.”
u “Los que vivían del cuentapropismo y de ventas en negro quedaban en situación de máximo peligro porque no había efectivo.”
u “Estaba la debilidad absoluta del gobierno de De la Rúa.”
u “La inacción de las fuerzas policiales fue evidente.”
u “Había un fuerte estado de movilización y protesta que dio pie a los saqueos. Hoy la movilización y la protesta bajaron mucho: el cálculonuestro es que en este momento las organizaciones de piqueteros y asambleas no mueven, en forma regular, más de 4800 personas en todo el país. De manera que la hipótesis pasa más por bandas y patotas que por la protesta social.”
Pese a este diagnóstico oficial, en las fuerzas de seguridad hay cierto grado de alarma. Todos tienen en claro que diciembre siempre es un mes complicado: “Se acercan las fiestas, la gente está sin dinero, hace calor, la bronca trepa y de la misma manera que las cárceles son escenario habitual de motines, en los barrios más humildes se vive una situación parecida porque estar sin plata es como estar preso”, evaluó el jefe de una de las fuerzas convocadas para reforzar la seguridad.
Tanto en el Gobierno como en las fuerzas de seguridad se le trata de quitar un contenido social a lo que se avecina. Todos insisten en el carácter más bien delictivo de la ofensiva que podría venir. “Lo ocurrido el jueves en San Fernando llama la atención: no eran chicos sino personas adultas. Es posible que el rumor lo hayan hecho correr bandas de ladrones de los barrios cercanos al Carrefour. La estrategia tal vez fue convocar a la gente, más que nada curiosos, y ellos después iban a aprovechar para llevarse otras cosas. En Fuerte Apache percibimos lo mismo”, aseguran en el Ejecutivo. En La Plata, el ministro Cafiero relató que en el caso de José C. Paz (ver también nota aparte) el grupo de desconocidos bajó de un colectivo, “pero la verdad es que no tenemos claro si iban a intentar algo. El grupo vio a la policía y se fue”. Los vecinos sostienen que sí, que el grupo se preparaba para saquear.
Más allá de la polémica, los ejecutivos nacional y bonaerense reconocen que hay una cierta paranoia entre los comerciantes. Incluso un grupo de intendentes del conurbano le hizo saber al Gobierno de su preocupación. En ese marco es que se adoptaron las medidas de refuerzo de la seguridad. Hay que tomar en cuenta dos puntos clave:
Uno es que el año pasado la Bonaerense miró para otro lado durante los saqueos. Según los críticos del peronismo, fue parte de la movida del PJ para acceder al Gobierno. Esta vez el PJ bonaerense está en la Casa Rosada y no hay vocación de cambiar al Presidente. Además, los jefes están en pleno proceso de calificaciones y necesitan hacer buena letra para ascender y acceder a brigadas y destinos apetecidos. Por ejemplo, en el caso de San Fernando los efectivos se movieron con rapidez.
El otro punto es que la intervención rápida de efectivos policiales evita otro tema delicado que está en el aire: buena parte de los pequeños comerciantes se han armado y, en caso de saqueos, habrá que prevenir no sólo los ataques sino también la reacción desde adentro de los locales.
A 48 horas del primer conato de saqueo es evidente que el Gobierno emite un mensaje doble. Si por un lado minimiza diciendo que “son solo rumores”, por el otro se prepara para una situación difícil. Ocurra o no.