EL PAíS › RELATO DE UN OFRECIMIENTO PARA IR A SAQUEAR

Por 200 pesos y la mercadería

 Por Laura Vales

“A mí me vinieron a ver a mi casa, la semana pasada. Un hombre que se presentó como Pelusa Molina –grandote, de bigotes, de unos 45 años– se apareció a la tarde. Llamó golpeando las manos, porque yo vivo en el asentamiento, en una casa de cartón, no es que haya timbre en la puerta. Me preguntó si tenía plan social o algo y le dije que no. Hablamos un rato, me dijo que podía traerme chapas, al final me preguntó si me interesaba juntarle gente, eran 200 pesos por los que pudiera juntar, de 20 personas para arriba, para ir a los saqueos. ‘Lo que se lleven del supermercado es aparte, se lo quedan ustedes’, me dijo también.”
El relato fue realizado a Página/12 por una vecina de Esteban Echeverría que accedió a contar el episodio con la condición de no ser identificada por su nombre, a través del teléfono de la parroquia cercana. La denunciante vive en el asentamiento La Morita, un barrio de casas de chapa en tierras ocupadas hace siete años. El visitante, contó la mujer, entró en tema preguntándole qué necesitaba. “Le contesté que chapas porque mi vivienda es de cartón. Me prometió mercadería y algo de plata todas las semanas, para mis cinco chicos. El hombre quería que le juntara gente del asentamiento. Acá hay rumores de saqueos desde hace unas dos semanas, así que me asusté. Le dije que lo iba a pensar.”
En los barrios cercanos a El Jagüel, donde trabaja con los piqueteros de la CTA, el cura Gustavo Montiveros escuchó a lo largo de la semana éste y otros testimonios similares. Por eso el jueves acusó genéricamente a “un grupo de punteros del menemismo” de estar operando para generar un clima de caos social en los días previos al 20 de diciembre. Ayer fue un poco más allá e identificó a dos de los integrantes de la tropa del PJ que recorren los asentamientos como “Pelusa Molina y un puntero de apellido Pico”.
“Los conocemos bien porque son los que les hacen las pintadas al menemismo y le llevan gente”, detalló a este diario. “Para el acto que hicieron en La Matanza, cuando Menem lanzó su campaña, repartieron efectivo y una bolsa de alimentos, aunque ofrecieron a los manifestantes de 20 a 30 pesos y finalmente les dieron solamente 10.”
El sacerdote se decidió a dar los nombres de los dos punteros por la mañana, en varios reportajes. A las diez atendió los primeros llamados de las radios porteñas, contó lo que sabía, y a la una del mediodía recibió en su celular la primera amenaza: “Hijo de puta, puto, te vamos a matar”, escuchó al atender el teléfono. Media hora más tarde un segundo llamado le advirtió que si seguía hablando iba a “aparecer en un zanjón”.
El Jagüel fue este año una zona convulsionada. En diciembre pasado se produjeron saqueos y hubo un muerto, siguió el secuestro de Diego Peralta y la quema de la comisaría local. Hace exactamente un año, en el marco de una serie de episodios de hostigamiento contra los piqueteros, dos personas entraron a la parroquia de Montiveros y le partieron la cabeza de un palazo. El cura reconoció a los agresores, pero la Justicia nunca pudo ubicarlos y cerró la investigación.
En el municipio vecino, Ezeiza, gobierna el menemista Alejandro Granados. El sacerdote apuntó contra el intendente y lo acusó de “haber intentado enfrentar a los desocupados que reclaman asistencia con los beneficiarios de planes sociales en la Municipalidad” y “utilizar la patota de Tristán Suárez para amedrentar a los que reclaman”.
En cuanto a los comerciantes, ayer en el conurbano hubo demostraciones de un clima enrarecido. En José C. Paz, uno de los distritos con mayores índices de pobreza del Gran Buenos Aires, donde son habituales los episodios de violencia política (patotas que golpean a los desocupados, enfrentamientos armados entre punteros políticos), ayer un grupo de dueños de negocios en el Barrio Parque Jardín denunció un intento de saqueo.
Voceros de la Municipalidad confirmaron que el hecho ocurrió en la calle Joaquín V. González al 3300, donde unas doce personas intentaron ingresar a un supermercado. Los comerciantes, armados, se reunieron en la callepara pedir seguridad y tapiaron el ventanal del local (el supermercado David) a la manera de prevención y protesta.
El incidente ocurrió al mediodía. De acuerdo con la descripción de un testigo, el grupo que mostró intenciones de saquear era chico pero consiguió sin esfuerzo la atención de personas que pasaban por el lugar en bicicleta, “unas veinte o veinticinco que permanecieron como esperando cuando observaron lo que estaba pasando”. El testigo también relató que sobre los techos de la cuadra se volvieron a ver, como en diciembre pasado, a personas armadas vigilando los movimientos de la zona.

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