Otra semana agitada, al menos para los habituales cánones veraniegos, les espera a la oposición y al oficialismo en el Congreso. El miércoles se volverá a reunir la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo –que analiza los DNU– para tratar formalmente cuatro decretos sobre comercio exterior, aunque en realidad servirán de excusa para poner en discusión, una vez más, el controvertido Fondo del Bicentenario. Mientras el kirchnerismo profundiza las negociaciones con gobernadores y legisladores para su aprobación tras el inicio de las sesiones ordinarias, los principales bloques de senadores comienzan a debatir sobre las autoridades de la Cámara alta. La UCR, el segundo bloque en cantidad de integrantes, se reunirá mañana para ajustar los detalles de su estrategia frente al oficialismo.

A diferencia de Diputados, donde gran parte de las comisiones y las autoridades de Cámara quedaron definidas en la sesión preparatoria de diciembre, en el Senado fueron postergadas hasta fines de febrero. “Esta semana vamos a retomar las conversaciones con los distintos bloques. Como primera minoría, en tanto oficialismo, planteamos que nos corresponde el control de las comisiones que tienen que ver con la gestión del Gobierno”, dijo ayer el jefe del bloque del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto. El senador rionegrino consideró que “se puede llegar a un acuerdo político razonable con la oposición en lo que hace a la distribución e integración de las comisiones”.

El oficialismo busca alcanzar un acuerdo que le permita gobernar “sin obstrucciones” y sus espadas parlamentarias sentenciaron que, a pesar de la paridad, si no hay coincidencias lo resolverán en el recinto. Actualmente, el FpV tiene 32 senadores, a los que suma al neuquino Horacio Lores y los dos del Movimiento Popular Fueguino. El conglomerado opositor acumula otros 35, entre UCR, el PJ disidente, la Coalición Cívica y el socialismo, entre otros bloques minoritarios. Los dos restantes, los peronistas pampeanos Carlos Verna y María Higonet, se declararon independientes de ambos bandos con lo que podrían inclinar la balanza hacia un lado u otro.

El resultado de estas negociaciones también puede influir en la serie de apoyos o rechazos que el oficialismo coseche para el Fondo del Bicentenario. Presumiblemente, el kirchnerismo buscará primero su aprobación en el Senado, donde el porotómetro le da más seguridad.

La primera reunión para definir las autoridades de la Cámara, entre Pichetto y el titular del bloque radical, Gerardo Morales, no había terminado de la mejor manera. Fuentes de la propia UCR relataron que apenas concluyó aquel café, meses atrás, Morales salió a pedir públicamente la presidencia provisional del Senado, algo que nunca había sido conversado en aquel encuentro. La negociación se cayó y se pateó para más adelante. Fuentes parlamentarias recordaron que a diferencia del estilo combativo de Morales, cuando Ernesto Sanz estaba frente de la bancada se juntaba con Pichetto discretamente todas las semanas y jamás tuvieron un problema de estas características.

De todas formas, hay algunas cuestiones que ya fueron acordadas y que serían aprobadas en la sesión preparatoria del 24. El peronista José Pampuro sigue en la presidencia provisional y el radical Juan Carlos Marino en la viceprimera. El FpV presidirá las comisiones de Asuntos Constitucionales, actualmente a cargo de Nicolás Fernández; de Presupuesto y Hacienda, para el bonaerense Eric Calcagno, de Relaciones Exteriores para el porteño Daniel Filmus, de Acuerdos para el chubutense Marcelo Guinle y de Defensa, a designar, entre otras.

Las comisiones que quedarán en manos radicales son seis: las cuatro que seguirán sin cambios son Industria y Comercio, para Arturo Vera, Trabajo y Previsión Social, para Morales, Derechos y Garantías, para Luis Naidenoff, y Ciencia, para Pablo Verani. Las que se suman son Legislación General, para Ramón Mestre, y Educación, todavía sin resolución. Para tratar éste y otros temas es que los radicales se reunirán mañana, en un encuentro convocado por la cobista Laura Montero. Un capítulo aparte se llevará la pelea que los radicales orgánicos protagonizaron con Julio Cobos.