EL PAíS › EL ANTECEDENTE DE CARLOS MENEM EN 1993

“Yerba mala nunca muere”

La dolencia que afectó al ex presidente Néstor Kirchner y por la cual fue internado y operado ayer no es nueva entre los presidentes argentinos. En 1993, Carlos Menem sufrió también una obstrucción en la arteria carótida derecha cuando se encontraba ejerciendo la primera magistratura y debió ser operado de urgencia. Del mismo modo, mientras aún era presidente en 2001, Fernando de la Rúa tuvo que ser intervenido, pero en este caso por una obstrucción en la arteria coronaria derecha, lo que motivo que se le practicara una angioplastia.

El 14 de octubre de 1993, Menem sufrió un cosquilleo en uno de sus brazos mientras jugaba el golf en la residencia de Olivos y luego un desvanecimiento. Inmediatamente, fue derivado al Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, donde fue operado de urgencia.

La intervención se extendió durante dos horas al necesitar una angioplastia que desbloqueara parcialmente la arteria carótida interna derecha, que irriga sangre desde el corazón al cerebro. El procedimiento consta en insertar un catéter en la arteria bloqueada para destaparla.

La operación a cargo del cirujano Juan Carlos Parodi fue exitosa y, tras cuatro días de internación, Menem fue dado de alta y retomó la actividad presidencial. “Estoy muy bien. Yerba mala nunca muere”, afirmó mientras se recuperaba el actual senador por La Rioja.

Por su parte, el ex presidente Fernando de la Rúa debió ser operado de urgencia el 8 de junio de 2001 en el ICBA. La afección, en este caso, fue la obstrucción de una arteria coronaria motivada por un cuadro de arteriosclerosis que le había sido previamente diagnosticado.

De la Rúa había experimentado síntomas durante una reunión de gabinete lo que motivó que fuera internado para que se le realizara un estudio hemodinámico que reveló la dolencia. El ex presidente radical también fue sometido a una angioplastia practicada por el doctor Jorge Belardi y supervisada por el entonces ministro de salud, Héctor Lombardo. Desde entonces debió modificar hábitos alimenticios y practicar más ejercicio ya que la arteriosclerosis es una enfermedad crónica que entorpece la circulación arterial y es causada por el colesterol y el tabaquismo.

“Estoy fenómeno”, expresó el ex mandatario cinco días después de la intervención, pese a que se puso en duda que pudiera continuar ejerciendo la presidencia si padecía arteriosclerosis.

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