El presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, admitió ayer que quiere levantar el veto impuesto por su antecesor, Tabaré Vázquez, a la designación de Néstor Kirchner al frente de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). De visita por Brasil, el mandatario sostuvo que su país “no está dispuesto a poner obstáculos a nadie, sólo a los golpistas” y ratificó así señales recientes que indicaban cambios en las estrategias de política exterior de su país.

“Uruguay no está dispuesto a poner obstáculos a nadie –aseguró Mujica–. Los únicos a quienes pondríamos obstáculos sería a los golpistas. Si no son golpistas, que la Unasur tome la decisión que crea mejor”, expresó el mandatario en una entrevista con el diario Folha de Sao Paulo. El presidente uruguayo confirmó de esta manera sus intenciones de no sostener el veto a Kirchner impuesto por la administración anterior, que impidió en su momento la designación del santacruceño como secretario general de Unasur por el conflicto por la instalación de la papelera Botnia, lo que acrecentó el malestar entre ambos países.

En 2008, Mujica ya había mostrado su disconformidad con la decisión del entonces presidente Vázquez de impugnar la elección de Kirchner, cuya candidatura fue impulsada inicialmente por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa. En febrero de este año, el canciller uruguayo, Luis Almagro, sostuvo que una vez oficializada la postulación su país la analizaría “desde cero”. Fue la primera evidencia concreta de un cambio de estrategia.

Esta nueva postura uruguaya de “no poner obstáculos” resulta de vital importancia de cara a la próxima reunión del bloque, pautada para el 4 de mayo en Buenos Aires. En esa cita está agendada la elección del secretario de la Unasur, cuyo reglamento establece que el presidente debe ser elegido por consenso. De no alcanzarse, el organismo consagrará a aquel postulante que obtenga más adhesiones, salvo que medie un veto como el de Uruguay un año y medio atrás.

Las declaraciones de Mujica se dieron en el marco de su primera visita a Brasil como presidente electo, donde el mandatario aprovechó para pedir “paciencia y firmeza” en las negociaciones con Argentina para poner fin al bloqueo de puentes internacionales en protesta por la instalación de pasteras. En relación con esta cuestión, todo indica que el mandatario charrúa esperará la decisión de la Corte Internacional de La Haya – estipulada para el 20 de abril– antes de pronunciarse sobre el asunto.

En la visita a Brasilia que culminó ayer, Mujica acordó con su par brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, la eliminación de numerosas trabas al comercio bilateral y minimizó las diferencias dentro del bloque regional. “El Mercosur seguramente tiene problemas”, admitió Mujica, pero sostuvo que “hay que conservar y mejorar lo que tenemos y no soñar con la abundancia cuando no la tenemos. Brasil es nuestro principal cliente, con el que tenemos asimetrías y trabas, pero nuestro comercio en el Mercosur es el que tiene mayor valor agregado”. Por último, el ex tupamaro evitó pronunciarse sobre un supuesto fin de los gobiernos de centroizquierda en Latinoamérica, a propósito de la elección de Sebastián Piñera en Chile y de las chances de la derecha en las próximas elecciones brasileñas. “No creo que los ciclos administrativos sean tan automáticos. La política externa chilena no cambiará mucho y me atrevo a afirmar que, sea cual fuere el gobierno en Brasil, su política exterior tampoco cambiará mucho”, concluyó.