EL PAíS › EL EX PRESIDENTE SE REUNIO CON LOS DIPUTADOS DEL OFICIALISMO

La agenda K para el Congreso

Habló frente a 83 diputados kirchneristas. Se refirió a las buenas perspectivas económicas y al canje de la deuda. Elogió el fallo de La Haya y adelantó su disposición a votar a favor del matrimonio gay.

 Por Miguel Jorquera

Kirchner se sentó junto a Eduardo Fellner y a Agustín Rossi, el presidente del cuerpo y del bloque.
Imagen: Dyn.

Néstor Kirchner se reunió ayer por más de una hora con el bloque de diputados oficialistas para infundir ánimo a la tropa legislativa y analizar los trazos de la política económica del Gobierno, que aparecen más auspiciosos que la difícil tarea parlamentaria que deben afrontar como primera minoría. Kirchner no hizo alusión a su posible renuncia como diputado nacional para asumir la presidencia de la Unasur, aunque ante una pregunta sobre el tema consideró que ambos cargos son “incompatibles”. En cambio, aseguró que participará de la sesión que debatirá el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo para “votar a favor” de la iniciativa, que el bloque K acompañará mayoritariamente. Le puso su firma a un proyecto de respaldo al juez español Baltasar Garzón por su labor a favor de los derechos humanos, evaluó como “positivo” el dictamen de los senadores para habilitar por ley el uso de reservas del Banco Central y propuso avanzar con la reforma a la ley de quiebras para “facilitar” el trabajo de las fábricas recuperadas.

El presidente del PJ habló unos 40 minutos ante 83 de los 87 miembros del bloque de diputados del oficialismo y media docena de aliados, entre los que se contaban santiagueños del Frente Cívico, el mendocino Jorge “Pampa” Alvaro y la salteña del Partido Renovador, Mónica Torfe.

Kirchner prefirió trazar un panorama más allá de la tarea parlamentaria, que tampoco eludió. Entre ellos, los “avances” de la política económica, donde estimó un crecimiento de entre 4,5 y el 6 por ciento para este año. Lo que sumado al vaticinio de la “importante adhesión” al canje de la deuda generaría –afirmó– mejores condiciones para el desarrollo productivo. También valoró el fallo de La Haya al que había que tomar –dijo– “como la decisión que en general adopta un tribunal arbitral”, pero que mejorará “notablemente” la relación bilateral con Uruguay. Aunque no trascendió su opinión de cómo debe resolver el Gobierno el corte de ruta que los asambleístas entrerrianos mantienen todavía en Gualeguaychú.

Tampoco faltaron las apreciaciones políticas. Néstor se mostró optimista por la “respuesta de la gente” en cada visita de la Presidenta en el interior del país y en muchos centros urbanos y hasta hizo una mención a las encuestas que ahora lo muestran como uno de los candidatos con mayor intención de voto para las presidenciales de 2011. Temas que contrapuso con la compleja tarea legislativa que afrontan los diputados K, que desde diciembre pasado les toca defender al Gobierno en minoría. Los legisladores saben que deberán soportar más derrotas que triunfos en el recinto. Kirchner buscó levantar la moral exhibiendo otros logros.

A su lado se sentaron el jefe de la bancada, Agustín Rossi, el presidente de la Cámara, Eduardo Fellner, y los miembros de la mesa chica del bloque: Carlos Kunkel, Carlos “Cuto” Moreno, José María Díaz Bancalari y Patricia Fadel. El resto de los diputados se acomodó en sillas dispuestas como si se tratara de un auditorio. Luego también se sumaron varios senadores, como el santacruceño Nicolás Fernández, el formoseño José Mayans y la sanjuanina Marina Riofrío.

Ante ellos, Kirchner repasó algunas cuestiones legislativas. Dijo que estaría en el recinto para votar a favor del matrimonio homosexual, que también acompañarán unos 50 diputados del bloque, aunque el titular del PJ dio “libertad de acción” a sus legisladores.

Kirchner propuso acelerar el proyecto del Ejecutivo para modificar la ley de quiebras que favorece a las fábricas recuperadas y facilitar el debate de la Ley de Entidades Financieras presentada por el aliado Carlos Heller. Aseguró que se avanza con los gobernadores en establecer nuevas formas de coparticipación para “ayudar a las provincias” y se mostró satisfecho por el dictamen que lograron los senadores oficialistas para habilitar por ley el uso de reservas para cancelar deuda pública.

El paso de Kirchner por el Congreso fue leído como un gesto para demostrar que no abandonará a su tropa e infundir ánimo sobre el futuro político del Gobierno y de quienes no le dieron la espalda tras los comicios de junio pasado que los dejaron en minoría en el Congreso.

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