EL PAíS
Distintos blancos
Las explosiones de ayer no fueron los únicos atentados que se realizaron este año. El 22 de octubre una bomba de fabricación casera estalló frente a un local menemista de Quilmes. La detonación dañó la unidad básica liderada por el ex boxeador Juan Martín “Látigo” Coggi. Una semana después, en la misma localidad, otro artefacto explotó en un local de Adolfo Rodríguez Saá. “No tengo dudas de que esto es obra del duhaldismo”, declaró en esa oportunidad José Luis Fiezzi, colaborador del puntano. Al igual que en el caso anterior, no hubo heridos. El 10 de diciembre un grupo de desconocidos hizo estallar un explosivo en una sede comercial de la empresa Edenor del barrio de Chacarita. Se sospechó que el atentado, que provocó roturas de muebles y computadoras, estuvo relacionado con el aumento de 9 por ciento dispuesto por el Gobierno para las tarifas de gas y electricidad. El 17 de diciembre –tres días antes del aniversario de la caída del gobierno de Fernando de la Rúa– un cajero automático ubicado del Banco Sudameris de Villa Crespo fue destruido por una poderosa bomba. Frente a la sucursal, los autores del ataque pintaron la leyenda “20 del 12”, y al lado “subversión”, con la firma QXK. El 20 de diciembre una explosión dañó la fachada de un local de Telefónica de Argentina. En el lugar se encontraron volantes con la firma del “Ejército Santuchista de Liberación”.