El diputado Felipe Solá festejó ayer el primer aniversario de las elecciones legislativas en las que, como parte de la boleta de Unión-PRO encabezada por Francisco de Narváez, obtuvo la primera minoría en la provincia de Buenos Aires. A pesar de que tenía previsto realizar el acto en el Club Social Buenos Aires, en la ciudad de San Nicolás, la presencia allí de unos doscientos militantes kirchneristas lo llevó a cambiar de planes. Tras una caminata por el centro urbano terminó dando un discurso desde el balcón de un hotel, ante unos cientos de simpatizantes. El ex gobernador bonaerense aseguró que “a pesar de las provocaciones” será “candidato a presidente hasta el final”, insistió en que el peronismo disidente debe presentarse por afuera del aparato justicialista (“no nos dejan hacer un acto por afuera, imagínense ir a internas por adentro”, dijo) y aseguró que con sus socios del año pasado, De Narváez y Mauricio Macri, terminarán por “estar juntos para defender la Patria”.

Unos doscientos hombres con gorros y remeras de la Uocra ingresaron al predio donde iba a llevarse a cabo el acto un par de horas antes del comienzo, cuando todavía estaban preparando el escenario. Según relató a Página/12 un asesor de Solá, cuando les preguntaron si habían ido para asistir al acto, habrían contestado: “No, nos mandó Kirchner a hacer quilombo”. El diputado –siempre según su relato– se acercó para pedirles que se retirasen, pero la respuesta fue que “empezaron a cantar, desplegaron pancartas y no paraban de tocar los bombos e insultar”, por lo que se decidió cambiar la locación del acto porque “el ruido no lo dejaba hablar”.

Antes, Solá se hizo del micrófono e increpó a los manifestantes: “Esta es la patota de Kirchner que no me deja hablar. Es el kirchnerismo en acción. Es la barrabrava de Kirchner. No nos dejan hacer un acto por afuera, imagínense ir a internas por adentro”.

Luego del curioso episodio, el ex gobernador bonaerense, junto a algunos cientos de seguidores (los organizadores esperaban a unos 1500 “pero por el problema en el club los micros se volvieron para evitar confrontaciones”), formó una columna que se dirigió, por la calle Rivadavia, hasta el Hotel San Nicolás Plaza. Allí, finalmente, dio su discurso desde un balcón.

Solá volvió a señalar que no tenía “la menor duda” de que los incidentes en el club fueron “obra de Kirchner y De Vido”. El matrimonio Kirchner fue el principal blanco de sus palabras, con un tono claramente proselitista. “Estamos gobernados por gente que dice que está haciendo una transformación social y cultural y que eso justificaría las patoteadas. Pero la verdad es que no están haciendo ninguna transformación. En la Argentina hay diez millones de pobres y cada vez más trabajadores informalizados. Ese es el gobierno que nosotros decimos que hay que cambiar”, arengó.

Entre la concurrencia había diputados nacionales y provinciales, además de representantes de las ocho secciones electorales de la provincia. También asistieron, como prenda de buena voluntad, legisladores alineados con los que hace un año eran sus socios, Mauricio Macri y Francisco de Narváez, aunque ellos decidieron festejar el aniversario de la elección cada uno por su cuenta.

Tampoco formaron parte de la convocatoria ninguno de los firmantes del documento “Reencuentro”, a través del cual los caciques peronistas opositores proclamaron que competirán con una fórmula presidencial unificada en los comicios nacionales del año que viene. Este jueves, ese espacio intentará delinear un nuevo documento en común que haga de base a lo que será la plataforma electoral de 2011. Con esa finalidad, se juntarán las segundas líneas del espacio, aunque no se descarta la presencia de algunos de sus máximos referentes “para la foto”.