EL PAíS › OPINIóN

Carta abierta a los senadores y senadoras de mi partido

 Por Cecilia Moreau *

El próximo miércoles tendremos la posibilidad de presenciar uno de esos momentos que sin dudas ocuparán un lugar destacado en la historia política y social de nuestro país. Y ustedes con su voto tendrán la responsabilidad y el deber de hacer respetar las consignas históricas, la defensa a los derechos humanos y los ideales que fundaron nuestro partido.

Es por eso que desde mis profundas convicciones sentí la necesidad de expresarles estas palabras como militante radical y como legisladora de la provincia de Buenos Aires. Palabras que son compartidas por muchos correligionarios y correligionarias en todo el país que desean vivir en una Argentina más igualitaria.

Ha sido la Unión Cívica Radical una gran protagonista de los acontecimientos políticos de nuestro país, promoviendo y colocando en la agenda pública distintos proyectos legislativos y actos de gobierno que han sido trascendentales para la sociedad, basándose siempre en el respeto por la condición humana, la ampliación de garantías y de los derechos igualitarios o individuales. Nuestro querido Raúl Alfonsín en su discurso de asunción frente a la Asamblea Legislativa dijo: “Tenemos una meta: la vida, la justicia y la libertad para todos los que habitan este suelo”. Y agregó: “Tenemos un método: la democracia para la Argentina. Tenemos un combate: vencer a quienes desde adentro o desde afuera quieren impedir esta democracia”. La patria potestad y el divorcio vincular de 1987 son algunos ejemplos de esto. Y fueron aquellos legisladores, que votaron a favor de estas medidas revolucionarias, quienes priorizaron su doctrina radical y su juramento por la Constitución Nacional, la democracia y el respeto a las libertades individuales, a presiones multitudinarias y campañas publicitarias extorsivas.

Los radicales nos consideramos socialdemócratas y hacemos gala de ser miembros de la Internacional Socialista, y un partido político que se considere socialdemócrata debe indefectiblemente luchar por las garantías individuales y por los derechos de las minorías. Durante su presidencia, Alfonsín encomendó al Congreso el dictado de leyes para proteger la identidad y pluralidad que deben promover los valores democráticos y la igualdad de oportunidades y posibilidades sin ningún tipo de discriminación. Eso hace un partido que se encuentra ideológicamente en el arco social demócrata.

Nos enseñaron que el radicalismo hace de la ética su política, que no distingue al hombre por parcialidades, ni oficios, ni religión, sino que defiende su dignidad y su libertad como ser humano. Ha sido la lucha por la igualdad nuestro estandarte histórico que debemos hoy más que nunca defender y respetar.

Me pregunto también qué nos pasa que no podemos escuchar el reclamo de nuestros jóvenes correligionarios que hoy orgánicamente acompañan el reclamo de apoyar el matrimonio homosexual levantando sus consignas –nuestras consignas– mientras sólo 5 de los 18 legisladores que tiene nuestro bloque adelantaron su voto a favor.

Sinceremos el debate, correligionarios y correligionarias, aquí estamos hablando lisa y llanamente de otorgar derechos negados por el Estado a las minorías.

Hoy los hijos e hijas de homosexuales son los “extramatrimoniales” del ’87. Y hoy, como en aquel momento, ustedes tienen la posibilidad de hacer que el Estado deje de generar ciudadanías de segunda para que las generaciones venideras puedan entender que parte de las injusticias del oscuro pasado de nuestra historia lentamente están siendo saldadas.

Somos la vida y la paz. Somos los garantes de la ampliación de los derechos igualitarios o individuales. El miércoles ustedes deciden si la UCR continúa por ese camino o retrocede a un pasado que es mejor olvidar. Ojalá estén a la altura de las circunstancias.

* Diputada provincial.

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