Domingo, 8 de agosto de 2010 | Hoy
EL PAíS › EL KIRCHNERISMO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES SE PREPARA EN VARIOS FRENTES PARA EL 2011
El lanzamiento de la corriente de Alicia Kirchner y las incursiones de distintos ministros en el territorio bonaerense. El rol de Hugo Moyano. Los intendentes de la primera generación y los de la FAM. El sub-45 kirchnerista.
Por Alejandra Dandan
Néstor Kirchner puso en movimiento la provincia de Buenos Aires como pocas veces antes. La primera desde las elecciones del año pasado. Dos semanas atrás, Alicia Kirchner tuvo una reunión con diez intendentes de la tercera sección electoral en la que se habló de uno de los temas que parece explicar lo que está impulsando el kirchnerismo en el territorio de Daniel Scioli. La ministra de Desarrollo Social invitó a los intendentes a hacer una autocrítica sobre lo que sucedió en las elecciones de junio de 2009. “Y sí –dice uno–, no alcanzó, es obvio que no alcanzó, si no hubiésemos festejado el 29 de junio, no tenemos que ofendernos porque nos vengan a decir que no alcanzó.” En el medio, los ministros Florencio Randazzo, Aníbal Fernández y Amado Boudou se metieron de lleno en el territorio. Hugo Moyano se apresta a asumir la presidencia del PJ bonaerense. Y Scioli se defiende mostrándose como habilitador de esos espacios, mientras en la Casa Rosada admiten que la relación con Néstor Kirchner está atravesando un momento de fricción. “Somos un equipo que ha traído soluciones y cambios a la Argentina muy importantes”, dijo ayer el gobernador cuando le preguntaron por este tema.
Uno de los datos políticos más importantes en la provincia es el rol que juegan los intendentes. Los últimos movimientos del kirchnerismo avanzaron hacia sus territorios de la mano de distintos aliados. El lanzamiento de la corriente Colina de la ministra de Desarrollo Social; la corriente del peronismo sindical impulsada por Hugo Moyano; el avance de los ministros del gabinete nacional que motorizan sus propios armados y hasta la consolidación de las organizaciones sociales como eje de un movimiento político que sacó a la calle a sus militantes para el acto del aniversario de Eva Perón, y a partir de mañana se pone a la cabeza de una flamante secretaría provincial con rango de ministerio llamada de Participación Ciudadana.
El lanzamiento del Colina generó la primera respuesta visible del grupo de intendentes alineados a la Federación Argentina de Municipios (FAM), encabezada por Julio Pereyra, jefe político de Florencio Varela. Por lo bajo, una parte de esos intendentes, el bastión de los que llevan más de dos períodos de mandato, asegura que Alicia los sorprendió y aceleró los tiempos políticos. El aire y la autonomía que el Ministerio de Desarrollo Social puede darles a las organizaciones territoriales les impide controlarlas a través de los tradicionales aparatos. En ese contexto esta última semana lanzaron su propia línea interna. Unos 80 jefes comunales de todo el país se reunieron a un almuerzo en el restaurante Cucina Donore de Puerto Madero, después del cual anunciaron la creación de una corriente nacional de intendentes. Dicen que están apuntalados por Kirchner, pero uno de los objetivos es fortalecerse como armado colectivo para mantener el control de sus territorios.
Ese grupo no es homogéneo. Se encuentran los llamados sciolistas puros que intentan mantener en el gobierno bonaerense a Scioli e imponer un vicegobernador propio. Las autocandidaturas para reemplazar el cargo de Alberto Balestrini explotan en la tercera sección de la mano de todo tipo de encuestas. Consideran que por ser la sección más numerosa tienen derecho a instalar a un hombre propio. Se habla de muchos. Desde Darío Giustozzi de Almirante Brown a Baldomero Alvarez, ministro de Desarrollo Social bonaerense y ex mandatario de Avellaneda.
Otro sector que se abre camino es la primera generación. El sector de intendentes nuevos, con buena imagen, que aún no cercaron el territorio porque, al decir de uno de ellos, aún no saben cuánto de mérito propio hay en las encuestas y cuánto de derrame de las políticas nacionales. Un caso paradigmático es Martín Insaurralde, joven intendente de Lomas de Zamora que el año pasado reemplazó al renunciado Jorge Rossi y cuyos niveles de aceptación sorprendieron –dicen ellos mismos– en la Rosada. Insaurralde fue convocado a Olivos, donde le pidieron empezar a recorrer la provincia de la mano de Amado Boudou y de Diego Bossio, de Anses, que por estas horas suman tropa y alientan el llamado “sub-45 kirchnerista”. Nacieron en contraposición, dicen, a esa foto de los sub-45 Sergio Massa y Pablo Bruera, pero también Juan Manuel Urtubey y hasta Emilio Monzó que se reconocen peronistas, integrantes de una nueva generación, pero con autonomía del kirchnerismo.
Mientras, la escalada en el PJ de Hugo Moyano es reactiva para parte de los intendentes del conurbano. Las razones del encono suelen reducirse a los contratos de basura que manejan los sindicatos que responder al líder de los camioneros, pero además, a la confederación de empleados municipales de todo el país que acaba de ingresar a la CGT y en la última semana –el mismo día del almuerzo en Puerto Madero– hizo una protesta con veinte mil personas frente a la FAM. Pese a todo, es probable que Moyano asuma en los próximos días la jefatura del PJ provincial. Tuvo el acuerdo de Kirchner y hasta la aprobación pública de Daniel Scioli. Moyano dijo ya que no quiere ser candidato, pero su corriente sindical busca espacios para el movimiento obrero.
En tanto, la incursión de Florencio Randazo y de Aníbal Fernández en la provincia parece estar ligada al deseo de Kirchner de motorizar todo el partido, activar la discusión en el PJ, convertirlo en tema de la agenda política y poner los pies de la Nación en los parsimoniosos territorios de los barones bonaerenses. Randazo recorrió esta última semana La Matanza, Lomas de Zamora y Lavallol con la Unidad móvil de DNI. El jefe de Gabinete anunció a través de una radio que nunca se bajó de la precandidatura a gobernador. El trabajo de ambos, como el de Boudou o de Alicia, incluye, además, acercar sectores todavía refractarios al kirchnerismo. Randazzo en el interior de la provincia y en los aliados de Felipe Solá y Aníbal Fernández en el PJ más ortodoxo.
Los ministros están bajando al territorio con programas de gestión. Pero por primera vez imprimen lo que llaman línea política: seminarios, reuniones con cámaras de comerciantes, jubilados, empresarios, clubes sociales. Y, especialmente, cursos de formación política para militantes.
Eso es lo que les propuso Alicia Kirchner a los intendentes en aquella reunión, que salgan puerta por puerta a acercar el discurso de la Nación a la gente. Cada uno, de alguna manera, parece interesado además en revalidar sus propios avales como dirigente.
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