El radicalismo y el Colegio de Abogados de la calle Montevideo, una institución que avaló los golpes de Estado de 1966 y 1976 y que permanece fiel a esa doctrina, lograron imponer un hombre propio, Alejandro Fargosi, en las elecciones para un cargo en el Consejo de la Magistratura. Lo que se votó ayer fue al nuevo consejero que representará a los abogados porteños en el organismo que elige y sanciona a los jueces de la Nación. La UCR fogoneó una sorprendente alianza con el objetivo confeso de evitar, como fuera, que ganara un abogado que pudiera tener respaldo del –o la más mínima afinidad con– kirchnerismo.

De aquí a noviembre se votan once nuevos representantes (del total de trece) para integrar el Consejo de la Magistratura, ya que vencen los mandatos actuales. La primera elección fue la de ayer, de los abogados de Capital Federal, y todavía restan la de un abogado por las provincias, tres jueces, un académico, dos legisladores radicales y tres kirchneristas. Como parece poco factible que en el corto plazo prospere en el Senado el proyecto de reforma del organismo que ya se votó en Diputados, el radicalismo decidió embarcarse en la conquista de la mayor cantidad de lugares posibles a través de alianzas con las corporaciones judiciales.

Actualmente son cuatro legisladores K, un representante del Ejecutivo, dos radicales, dos abogados, tres jueces y un académico. Los últimos tres no votan siempre igual.

El diputado Ricardo Gil Lavedra y el titular del comité de la UCR Capital, Carlos Mas Vélez, fueron los arquitectos de la sociedad sin la cual era difícil que alguien pudiera disputar el triunfo al oficialismo del Colegio de Abogados porteño, que llevó como candidato al ex presidente de la entidad Jorge Rizzo. Antes irreconciliables, los bandos que se unieron fueron el de Guillermo Lipera, del Colegio de la Calle Montevideo, y el de Atilio Alterini, ex decano de la Facultad de Derecho (por los radicales). Los primeros pusieron como candidato a Fargosi y los segundos pidieron que su compañero de fórmula fuera Juan Pablo Zanetta, un dirigente radical de la circunscripción 15. Según el acuerdo que sellaron, ejercerán dos años cada uno el cargo de consejero.

La lista de avales que presentaron incluían, como informó Página/12, a José Alfredo Martínez de Hoz hijo, a su socio Mariano Grondona hijo, a un descendiente homónimo del dictador Pedro Aramburu, al ex dirigente de UPAU y actual ahora vicepresidente del Banco Ciudad designado por el macrismo Juan Curutchet, entre otros. Uno de los lemas centrales de la campaña fue “para que el gobierno nacional pierda la mayoría” en el consejo.

El dúo Fargosi-Zanetta (Cambio Pluralista), que a último momento sumó a la lista de Mario Podolsky, obtuvo 5936 votos (60 por ciento) sobre 9826 votantes. Rizzo, con Gente de Derecho, sacó 2899 votos. Beinusz Szmukler (Justicia para Todos) sumó 1021. Votó el doble de abogados que en la última elección de consejero, que consagró al saliente Santiago Montaña (entonces alineado con Gente de Derecho). Durante la campaña de Fargosi hubo una fuerte movida dirigida a los abogados afiliados a la UCR, a quienes se les hizo llegar una carta firmada por Gil Lavedra, Ricardo Alfonsín y Mas Vélez.

“Fue un desfile de abogados y políticos traídos por los radicales, aparecieron a votar desde (Julio) Strassera hasta (Rafael) Martínez Raymonda. Paula Bertol (PRO), que tenía prohibido votar como abogada porque lo hará como diputada, se vino con un amparo”, rezongó Rizzo. “Todo el mundo va a decir que es una derrota al kirchnerismo, pero es una derrota al campo popular”, ironizó Szmukler. “Si nos hubiera apoyado el kirchnerismo –añadió Rizzo– hubieran movilizado tantos votantes como el radicalismo.” A Fargosi, tras el escrutinio, se le escuchó decir que garantizará en el Consejo “la independencia con respecto al poder político” y que trabajará para “designar a los mejores jueces” y “echar a los malos”.