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“La difícil realidad (económica, política y social de la Argentina) provocó un deterioro generalizado en la situación de los derechos humanos”, afirmó ayer en Washington la organización humanitaria estadounidense Human Rigths Watch (HRW). La conclusión forma parte del habitual informe anual de la entidad humanitaria y en él también se hace referencia a la represión que signó la caída de Fernando de la Rúa, los fusilamientos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en Avellaneda y el atentado contra Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
La dureza del año 2002 no pasó inadvertida para HRW. Así definen a la situación del año pasado como “la peor crisis económica, política y social de la historia reciente”. Al describir la represión del 19 y 20 de diciembre precisan que “murieron siete personas”. Resaltan que “la mayoría de ellas por disparos”. También tienen en cuenta que “otras 16 personas murieron en todo el país como consecuencia de enfrentamientos violentos y episodios de saqueo”.
Como resultado de la crisis económica remarcan que hubo “un fuerte aumento de casos de delincuencia violenta, robos y secuestros”. Además de describir que “muchos agentes policiales perdieron la vida en enfrentamientos armados” y que “la policía mató tanto a presuntos delincuentes como a ciudadanos inocentes en momentos de confusión ocurridos en barrios pobres de la provincia de Buenos Aires”.
El informe consignó además que “se produjo un fuerte aumento en los casos de presuntos malos tratos a menores detenidos por la policía” y, en ese sentido, precisó que “el número de denuncias registradas por la división de menores de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires se multiplicó por dos en menos de un año”. Al explayarse sobre “el deterioro” de los derechos humanos mencionan el atentado sufrido por Carlotto. El informe también incluyó los asesinatos de Santillán y Kosteki, a los que define como “dos jóvenes veinteañeros que recibieron sendos disparos de escopeta a quemarropa en una estación de tren durante una protesta de trabajadores desempleados, en el puente Pueyrredón del suburbio de Avellaneda”.