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La crisis que envolvió a la CTA luego de los comicios nacionales del jueves pasado parece cada vez más lejos de una solución satisfactoria. Los dos candidatos mayoritarios, Hugo Yasky y Pablo Micheli, insisten en adjudicarse la victoria, y aunque a partir de hoy la Junta Electoral podría comenzar a difundir algunos resultados oficiales, la pugna no acabará allí: los resultados en Tucumán, Mendoza y Santa Fe están en la mira. Los comicios en los partidos bonaerenses de Esteban Echeverría y Ezeiza, desdoblados de la nacional de común acuerdo entre las listas mayoritarias, ahora pueden torcer el resultado, pero aún no tienen fecha.

Hay una sola cosa en la que coinciden Yasky y Micheli, consultados por Página/12: “A lo sumo en 48 horas tiene que estar cerrado el escrutinio definitivo”. Se espera que, a partir del mediodía de hoy, la Junta Electoral comience a volcar en la página web de la CTA los resultados provincia por provincia, y para la noche estén los resultados, aunque las diversas complicaciones que se presentaron desde el jueves obligan a la prudencia. Una vez que estén estos números, comenzará una nueva pulseada.

En la Lista 1 ya anticiparon que presentarán una serie de impugnaciones: la más importante en Mendoza, donde pretenden que se repita todo el proceso electoral. Denuncian que hubo 140 urnas que nunca llegaron a su lugar de destino, además de diversos episodios de violencia. También plantean que en Tucumán hubo urnas que quedaron todo el fin de semana sin custodia en un local perteneciente a sus adversarios, “expuestas a cualquier tipo de maniobras”.

Desde el otro sector desestiman estas denuncias, a las que califican de “ridículas”. Confiados en la mayoría con la que cuentan en la Junta Electoral (cuatro de siete miembros), anunciaron que acatarán el fallo de ese órgano y que no promoverán impugnaciones. “Es un grave daño a la Central seguir dándole vueltas a este asunto –justifica Micheli—, si vamos a empezar a joder en los lugares que perdimos, no llegamos a ningún lado.” De todas formas, la postura en ese sector no es unánime, y ante un resultado adverso hay quienes ya evalúan elevar impugnaciones en la provincia de Santa Fe, adonde creen ver un nivel de participación anormalmente alto entre los docentes, que forman parte del núcleo duro del electorado de la 10.

El último ítem de conflicto es la votación en Esteban Echeverría y Ezeiza, en el conurbano bonaerense. Allí los comicios fueron pospuestos de común acuerdo entre las dos listas, luego de que hubiera habido algunos episodios de violencia durante la campaña. Esos dos distritos, en los que hay unos 18 mil afiliados en condiciones de votar, toman un nuevo valor dada la paridad que, se descuenta, tendrán los resultados que difundirá la Junta Electoral, sea quien fuera el bando que aparezca como ganador. Yasky, a sabiendas de que el conurbano bonaerense es una de sus zonas de mayor influencia, confía en sumar una buena cantidad de votos allí que le permitan torcer finalmente el resultado. Por eso le solicitará hoy mismo a la Junta Electoral que establezca una nueva fecha para llevarlos a cabo, y que la elección nacional quede en suspenso hasta entonces.

Esta es la primera vez en la historia de la CTA (fundada en 1992) que los sectores mayoritarios de la organización compiten en elecciones entre ellos: hasta ahora siempre habían logrado acordar listas de unidad. Además, ésta es la única Central obrera del mundo que elige sus autoridades por medio del voto directo. El gran desafío que se habían autoimpuesto ambas listas antes de comenzar la campaña era transitar esta experiencia sin sufrir fracturas, algo que, a la luz de los hechos, parece cada vez más difícil. El mapa político nacional atraviesa este debate, ya que Yasky forma parte del armado de Martín Sabbatella, Nuevo Encuentro, más cercano a la Casa Rosada, mientras que el sector de Micheli se encuentra comprometido con Proyecto Sur.