Sin los votos necesarios para imponer ninguno de los dos proyectos alternativos a la propuesta oficial y en una votación ajustada durante la madrugada de ayer (117 a 112), el conglomerado opositor bloqueó el tratamiento del Presupuesto 2011 en la Cámara de Diputados y devolvió la iniciativa del Gobierno a comisión. Una hora y media antes, Elisa Carrió solicitó una “cuestión de privilegio” para que “los diputados nacionales puedan votar sin presiones, extorsiones ni dinero” y le apuntó al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, de “enviar mensajes de texto” a los legisladores opositores. La ex macrista Cynthia Hotton y la radical santacruceña Elsa Alvarez afirmaron que habían recibido llamadas, pero no dijeron de quiénes ni si les habían ofrecido algo a cambio. El jefe del bloque K, Agustín Rossi, acusó a la oposición de urdir “una trampa para que la Argentina se quede sin presupuesto”.

Carrió estaba exultante. Había regresado al ruedo legislativo tras su reclusión en un spa cordobés con una denuncia que terminó por envolver en un escándalo la sesión en la que la oposición frustró el tratamiento del Presupuesto. Mientras la Cámara sesionaba, Lilita desfiló por los sets de televisión y a las 3 de la madrugada soltó en el recinto la sospecha de compra de voluntades: “Se está dispuesto a pagar cualquier precio, pero no para no discutir el presupuesto sino para ganar. Quiero que la Comisión de Asuntos Constitucionales investigue qué ha pasado con cada diputado que no estuvo, que se retiró o que fue presionado por el gobierno nacional”.

Federico Pinedo fue el primer orador tras la denuncia de Carrió. “Reitero que llegado el caso vamos a votar por el dictamen de minoría. De todos modos, queda en claro que nos vemos obligados a hacerlo con ausencias que no podemos explicar”, dijo el jefe de la bancada macrista mientras la secretaria de bloque, Paula Bertol, se secaba las lágrimas.

Al PRO le faltaban seis de sus once diputados: Gabriela Michetti, Soledad Martínez, Laura Alonso, Silvia Majdalani, Christian Gribaudo y Pinky. Pinedo sólo excusó a Michetti: “Está internada”. El macrismo no era el único bloque opositor al que le faltaron legisladores. No estuvieron Fernando Iglesias y Juan Vega (CC); Silvia Storni, Daniel Katz –en Rusia–, Pedro Mola (enfermo) y Eduardo Kenny (UCR); Ramón Puerta (viajó a Misiones de urgencia) y Alfredo Atanasof (PJ disidente).

“Yo sé que hay muchos diputados que han recibido presiones. Y quiero dar fe de que a mí me han ofrecido algo por teléfono estando aquí en el recinto. No voy a mencionar a la persona que me lo ofreció porque verdaderamente la valoro, y mucho”, dijo Hotton. Afuera, la diputada y militante evangelista aclaró que “no me ofrecieron plata ni nada”.

“Quiero poner en conocimiento de esta Cámara que yo también he recibido dos llamadas invitándome a retirarme del recinto, en una de las cuales me querían comunicar con un alto funcionario del Gobierno, a efectos de que no estuviera aquí y fuera aprobado el presupuesto. Todo lo que quiero expresar es que mi voto no está a la venta”, agregó la radical Alvarez.

Carrió pidió la cuestión de privilegio, después de que la oposición perdió una votación en la que había intentado sin suerte clausurar el debate con un pase a cuarto intermedio hasta la semana próxima, una propuesta que cosechó 106 votos a favor y 112 en contra, con la abstención de diez diputados del interbloque de Proyecto Sur, salvo Miguel Bonasso, que se encolumnó con el Grupo A.

Los diputados de Pino Solanas habían intentado negociar un cuarto intermedio ante la posibilidad de que ni el proyecto del Gobierno ni ninguna de las dos propuestas opositoras consiguieran los votos para ser aprobados. Los K lo rechazaron decididos a “jugarse a suerte o verdad”. Claudio Lozano volvió a la carga con el pedido de cuarto intermedio. Rossi lo rechazó “porque ya se había votado”. Entonces Lozano pidió el regreso a comisión. Carrió respaldó el pedido y en una votación ajustada, 117 a 112, la oposición bloqueó el tratamiento del Presupuesto.

Con el regreso a comisión, la oposición pretende obligar al oficialismo a negociar y ceder a algunas de sus propuestas para que el proyecto vuelva a discutirse en el recinto. Pero nadie parece estar dispuesto a que le tuerzan el brazo.

Al fundamentar su rechazo al cuarto intermedio, Rossi respondió a las acusaciones. Recordó que durante la discusión de la Resolución 125, quince diputados de su bancada votaron en contra de la propuesta del oficialismo, muchos de los cuales ayer estaban en el recinto pero en bancadas opositoras: “No hemos tomado ningún tipo de sanción y podríamos haber intentado, hasta para autojustificarnos, diciendo que ‘se fueron porque les ofrecieron’, ‘les dieron’, ‘pusieron la Banelco verde’... No dijimos nada.” Luego afirmó que desde el regreso a la democracia “nunca la oposición le negó el presupuesto a ningún presidente”. Ni cuando Raúl Alfonsín y Carlos Menem perdieron su mayoría en el Congreso y que en “los momentos de debilidad institucional” Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde también tuvieron su presupuesto, “pero ahora se lo niegan a Cristina”.

“Estoy convencido de que es una muy mala señal institucional. Voy a decir algo que pido no tomen a mal. La oposición del peronismo en 1987 pensaba que podía ser gobierno en 1989; la Alianza en 1997 pensaba que podía ser gobierno en 1999, pero me parece que ustedes no creen que puedan ser gobierno el año que viene. Entonces, les importa poco la idea de mantener las pautas mínimas macroeconómicas para que se desarrolle la Nación”, sentenció Rossi antes de que la oposición bloqueara el tratamiento.