El vicepresidente Julio Cobos inició el contraataque. Ante el avance de Ricardo Alfonsín en Diputados para colocar a Ricardo Gil Lavedra como sucesor de Oscar Aguad en la presidencia del bloque, los cobistas empezaron a tejer una estrategia para destronar al jefe de la bancada en el Senado, Gerardo Morales, integrante del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) que lidera el hijo del ex presidente. Se trata de una respuesta de la tropa del vice, que en la Cámara alta acumula más voluntades que en Diputados y que busca colocar como nuevo jefe al catamarqueño Oscar Castillo. Algunos senadores radicales dejaron trascender el malestar que existe en la bancada por la “actitud personalista” del jujeño y la falta de consulta a la hora de tomar decisiones.

La pelea interna de los radicales es una reedición del conflicto del año 2009, cuando tras el recambio parlamentario Aguad y Alfonsín se enfrentaron por la conducción del bloque de Diputados dejándolo al borde de la fractura. En aquel momento, cuando las negociaciones parecían fracasar, la pelea también amagó con trasladarse al Senado pero finalmente intervino el presidente del partido, Ernesto Sanz, y logró frenar el enfrentamiento. Así fue como se pactó intercambiar un año cada uno la conducción de Diputados pero en cambio Morales asumió por los dos años que dura el mandato.

Con la flamante pelea desatada esta semana por el bloque en Diputados, esta vez los cobistas en el Senado ya empezaron a hacer circular un acta con las firmas para cambiar al presidente. En el sector del vice se encolumnan ocho senadores: Laura Montero (Mendoza), Ramón Mestre (Córdoba), Eugenio “Nito” Artaza (Corrientes), Pablo Verani (Río Negro), Emilio Rached (Santiago del Estero), José Roldán (Corrientes) y los dos catamarqueños Blanca Monllau y Oscar Castillo.

En respaldo de Morales, en cambio, hay cinco: el presidente del partido, Ernesto Sanz (Mendoza), Luis Petcoff Naidenoff (Formosa), Arturo Vera (Entre Ríos), Alfredo Martínez (Santa Cruz), y el propio Morales.

Entre los 17 senadores existen otros cuatro cuya posición no está del todo definida: Juan Carlos Marino (La Pampa), Roy Nikkisch (Chaco), José Cano (Tucumán) y Mario Cimadevilla (Chubut). Los dos primeros fueron parte del cobismo pero en el último tiempo, producto del crecimiento de Alfonsín en las encuestas provinciales, pasaron a participar por lo bajo de las actividades del Morena. Algo similar sucede con Cano, mientras que Cimadevilla no mantiene vínculo con el Morena pero tampoco comulga abiertamente con el vice.

En el entorno del jujeño argumentan que en el Senado no hubo acuerdo de rotación de cargos como en Diputados y que en la mesa de conducción del bloque fueron integrados todos los sectores. Con estas cartas sobre la mesa resulta difícil que el sector de Morales logre retener la conducción a menos que se llegue a un acuerdo que involucre a ambas cámaras. Para que la sangre no llegue al río será decisiva la intervención de Sanz, quien mantiene una muy buena relación con los senadores radicales, del tiempo en que él era titular del bloque.