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De acuerdo con el Gobierno, mañana no habrá sorpresas. Con una mayoría que rondará los 560 delegados, el Congreso Nacional del PJ anulará las internas y permitirá por única vez que tres candidatos a presidente se presenten en boletas diferentes con el sello oficial. Ya entrando en el terreno de lo utópico, también votarán que los candidatos que queden relegados deberán apoyar al peronista que llegue a la segunda vuelta. El menemismo superó su debate interno y confirmó que participará del encuentro para mostrarse en el rol de víctima de lo que llaman el autoritarismo duhaldista. Convertidos en el objeto del deseo, los congresales de Santa Fe y Córdoba darán quórum pero luego irán cada cual por su lado: los de Carlos Reutemann votarían junto al menemismo y los de José Manuel de la Sota, con Eduardo Duhalde.
“Ojalá vengan, se van a ir con una derrota muy grande”, respondía anoche un funcionario cercano al Presidente sobre la amenaza del menemismo de plantar bandera en el congreso. El funcionario calculaba que el resultado de la votación sería entonces 500 contra 100, por lo que las huestes del ex presidente no saldrían muy bien paradas del desafío.
Como es de rigor para las jornadas previas a un congreso de este tipo, ayer los esfuerzos estuvieron dirigidos al punteo de los congresales, a saber con cuántos porotos cuenta cada uno. En el Gobierno, la tarea estuvo manejada por el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, el secretario privado, Juan Carlos “Chueco” Mazzón, y el presidente de la Cámara de Diputados y del propio congreso partidario, Eduardo Camaño.
Por la noche, luego de mucho trajín, el resultado era 560 congresales, un número que les alcanzaba para superar el quórum y votar una cláusula transitoria que modificará el estatuto partidario. Esa cláusula permitirá a Néstor Kirchner, Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá presentarse como candidatos a presidente del PJ, todos juntos en abril. De esa forma se evitará la interna, la obsesión de Duhalde desde que depositó sus esperanzas en el gobernador de Santa Cruz.
“Yo observo que hay una cantidad de congresales comprometidos con esta propuesta muy importante, donde posiblemente tenga mayoría suficiente para impulsarla”, explicó en Gobierno Jorge Matzkin, que aunque tiene el cargo de ministro del Interior no tuvo problemas en conversar largamente sobre la interna de un congreso partidario. Matzkin garantizó la seguridad del encuentro, que se realizará en un clima enrarecido luego de que el menemismo prometiera copar el escenario con diez mil militantes. “Eso fue para asustar a algunos congresales de provincias chicas, pero no lo van a hacer”, respondía un funcionario. La convocatoria quedó fijada para mañana a las 11 en el microestadio de Lanús. La hora es folklórica: se calculaba que la reunión comenzaría recién a eso de las 15, si todo es normal.
Por su parte, el menemismo se reunió por su cuenta para unificar criterios. Se sabía que Eduardo Menem y su hijo Adrián eran de la idea de no participar de un congreso que luego cuestionarán tanto en lo político como judicialmente. Sin embargo, prevaleció el criterio de participar para mostrar en público cómo el menemismo quiere que se vote la interna mientras el duhaldismo arma una alianza para impedírselo. “Si nosotros estuviéramos haciendo lo que nos hacen ellos, la gente nos diría de todo. En cambio, ahora parece que fuera de lo más normal”, razonaba ayer un vocero menemista.
Una a favor del ex presidente fue la decisión que tomó el justicialismo santafesino, que decidió viajar a Lanús para apoyar la realización de internas, según adelantó ayer el senador Oscar Lamberto. La postura los ubica ahora junto al menemismo. No obstante, no toda la provincia tiene el mismo criterio porque el candidato a gobernador, Jorge Obeid, ya dijo que apoyará a Duhalde y a Kirchner.
Córdoba, la otra provincia en duda y con muchos representantes, se sumará al oficialismo duhaldista. Si bien De la Sota resignó susaspiraciones presidenciales, ahora buscará la reelección como gobernador, por lo que necesitará de la ayuda financiera de la Rosada. Para eso, nada mejor que hacerle algún favor al Presidente.