El Senado reeditará hoy –y por última vez– la pelea por el quórum que caracterizó casi todo 2010. Pero esta vez será el Frente para la Victoria el que deberá hacer el esfuerzo de reunir los 37 legisladores necesarios para dar inicio a la sesión extraordinaria convocada por el Ejecutivo para aprobar el ascenso de 320 militares entre los que se encuentra el jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, rechazado por la oposición. “Nosotros no vamos a bajar”, aseguró el jefe de la bancada radical, Gerardo Morales, a contramano de la postura que sostuvo la UCR todo el año mientras aseguraban que sesionarían siempre “a suerte o verdad”. En el oficialismo seguían hasta última hora con el porotómetro, que según altas fuentes de la Cámara arrojaba dos senadores abajo. La presidenta Cristina Kirchner le reclamó ayer a la oposición que habilite el debate.

El pliego del general de Brigada César Milani fue el punto de conflicto de la última sesión y amenaza con hacer fracasar la reunión de hoy. “Hay aquí una actitud altamente destructiva en relación con una decisión política de la Presidenta que tiene que ver con el segundo jefe del Ejército. Están lesionando la cadena de mandos de una institución central. Quieren perjudicar a quien va a estar a cargo del Ejército y lo hacen con toda intencionalidad”, disparó el miércoles pasado el jefe de la bancada K, Miguel Angel Pichetto, cuando la oposición se resistía a tratar el tema sobre tablas. El rechazo opositor forzó al FpV a postergar todos los ascensos, ya que Milani es en la práctica el reemplazante del general Luis Alberto Pozzi.

Al igual que el teniente coronel Alejandro Sánchez, Milani es acusado por la oposición de participar en el levantamiento carapintada de 1987. Sin embargo, el CELS aclaró la semana pasada que nunca cuestionó a Milani, ya que no figura como parte del alzamiento comandado por Aldo Rico, según la lista confeccionada en base a un fallo de la Corte Suprema. Durante la sesión anterior, el presidente de la Comisión de Acuerdos, Marcelo Guinle, sostuvo que la cuestión ya fue aclarada cuando Milani era capitán. “A mi juicio fue superada, con los acuerdos que el Senado le otorgó al citado Milani en noviembre de 2001 a teniente coronel, y en diciembre de 2007, de coronel a general”, sostuvo Guinle.

Otro militar cuestionado es el comodoro Jesús Guasti, a quien acusan de realizar espionaje a periodistas y ONG, pero su causa cerró por prescripción. De todas maneras, en el oficialismo están preocupados puntualmente por la situación de Milani y no tanto por la de Guasti y Sánchez. “Estamos cerca, pero el paro de LAN y la cercanía con Navidad lo hacen más difícil”, relató una fuente oficialista. El kirchnerismo debería contar con sus 31 miembros en pleno, los dos aliados fueguinos y el neuquino Horacio Lores, la santafesina Roxana Latorre, la rionegrina María José Bongiorno y el impredecible Carlos Menem, quien apareció por sorpresa el miércoles pasado después de una extensa licencia médica. La sesión está convocada para las 14 y en caso de no alcanzar el quórum todos los ascensos quedarán para el inicio del próximo período legislativo, ya que el 29 de diciembre será prácticamente imposible llegar a los 37 senadores.

Desde la oposición cuestionan lo que consideran es discriminación “por portación de apellido” de parte del Ministerio de Defensa. El jefe de la bancada macrista en Diputados, Federico Pinedo, presentó una propuesta para crear “la comisión investigadora sobre los procesos de evaluación de los ascensos del personal de las Fuerzas Armadas”. La iniciativa consiguió el acompañamiento del radical Oscar Aguad, el peronista disidente Eduardo Amadeo y de Patricia Bullrich, de la Coalición Cívica.