“Sería una vergüenza.” Así respondió Eduardo Duhalde a la propuesta de Felipe Solá de suspender las preinternas del Peronismo Federal para “rediscutir todo” y definir “una candidatura firme” de todo el PJ anti K.

“No se trata de discutir porque no vemos qué otra forma hay para elegir a los candidatos. Esta es la mejor”, sentenció Duhalde para ratificar la interna de los peronistas disidentes y desestimar la proclama felipista de sentar a una mesa a los principales referentes de ese espacio para sellar un acuerdo sin disputa electoral. Con las de-serciones de Solá y de Mario Das Neves –tras las ajustadas y cuestionadas elecciones en Chubut–, la maratónica preinterna de los federales arrancaría el 3 de abril en Capital con sólo dos competidores por la candidatura presidencial: Duhalde y el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá.

El trabajoso acuerdo que culminó con la convocatoria a las preinternas del Peronismo Federal desató el entusiasmo de los entonces cuatro inscriptos en la compulsa presidencial por mantener unido todo el abanico del peronismo disidente. A días del comienzo de las internas regionales y escalonadas –copiadas del esquema de las primarias estadounidenses– las diferencias sobre la conveniencia o no de llevarlas adelante amenaza con quebrar al PJ anti K.

“Los que quieren ir a una preinterna y los que no queremos ir deberíamos rediscutir todo, porque se acabó el tiempo. Estamos a menos de tres meses de que se terminen de definir todas las listas del país y me parece que debemos juntarnos y tomar decisiones para ver si el Peronismo Federal crece o se estanca”, reclamó públicamente Solá a sus socios. Pero también lanzó una advertencia: si no es posible “sentarse a discutir” entonces “estaremos equivocados en cuanto a estar en este lugar”.

Como anticipó Página/12, en el duhaldismo y las huestes de Rodríguez Saá desestimaron rápidamente la idea de abandonar la disputa interna. Ayer fue el propio Duhalde quien le salió al cruce a Solá. Después de desechar la propuesta porque “sería una vergüenza”, insistió en la convocatoria: “Por lo menos aquí opina la gente, se colocan 250 urnas en cada región y que sea la gente la que elija, si no es muy, muy difícil, prácticamente imposible, llegar a acuerdos a ver quién va a representarnos” en octubre.

El ex mandamás del PJ bonaerense también les bajó el precio a las deserciones. “No estaba muy convencido de participar”, dijo Duhalde sobre Das Neves esquivando cualquier referencia al fiasco del chubutense en las elecciones de su provincia, en las que había cifrado la esperanza de darle un espaldarazo a sus aspiraciones presidenciales. “Para participar en unas internas de estas características hay que tener amigos en todos lados y Felipe no tiene amigos en todos lados”, sugirió sobre la baja de Solá.

En cambio, trató de poner en valor al hasta ahora único contrincante en la preinterna federal. “Los Rodríguez Saá ya tienen experiencia en elecciones nacionales y también tienen amigos en distintos lugares del país”, agregó Duhalde sobre los puntanos.

Otros duhaldistas que habían solicitado evitar la interna y lograr un acuerdo de todo el Peronismo Federal, como el entrerriano Jorge Busti, esta vez se llamaron a silencio. Tras la baja de Das Neves, Busti reclamó una cumbre de los federales para buscar otra alternativa a la preinterna, a través de un mensaje por Internet que envió a los principales referentes del espacio.

Francisco de Narváez también propuso una definición “bien y rápido” del candidato presidencial del PJ anti K. El empresario que va como candidato a gobernador bonaerense sólo se había anotado en la última escala del maratón federal sin atar su suerte a ninguno de los presidenciales. La provincia tenía designadas dos jornadas a la compulsa electoral: el sábado 28 de mayo en el interior provincial y el domingo 29 en el conurbano. Molesto por la indefinición y con juego propio, De Narváez decidió reabrir el diálogo con su ex socio político, Mauricio Macri, en busca de reeditar la alianza electoral que compartieron en 2009. Se supo que estuvo el miércoles en la casa del jefe de Gobierno porteño.