Miércoles, 11 de mayo de 2011 | Hoy
EL PAíS › EL LEGISLADOR AMOROSO DENUNCIó QUE UN ASESOR MACRISTA HACE ESPIONAJE
Daniel Angelici es el candidato de Mauricio Macri para presidir Boca y es el titular de la Cámara de Salas de Bingos. Daniel Amoroso es legislador, proviene del sindicato del juego, se alineó con De Narváez y denunció los manejos non sanctos de Angelici.
Por Gustavo Veiga
Una saga donde se combinan tentativas de espionaje contra un sindicato, los dividendos que arroja el juego y el enfrentamiento de dos pesos pesado de la derecha porteña, el macrista Daniel Angelici y el jefe de campaña de Francisco de Narváez, su tocayo Daniel Amoroso, provocó un frente desestabilizador puertas adentro del PRO. El primero integra la mesa chica que asesora al jefe de Gobierno, es hasta ahora su candidato a la presidencia de Boca en diciembre próximo y el empresario que controla la Cámara Argentina de Salas de Bingos y Anexos (Casba). El diputado de la ciudad y secretario general (en uso de licencia) del gremio de Trabajadores de Juegos de Azar acompaña la denuncia de sus afiliados por prácticas negreras en dos bingos que le pertenecen a su adversario en este conflicto. Además, sobre Angelici pesa una acusación de Guillermo Fassione, el secretario gremial de Aleara –como se conoce también al gremio–, por enviar policías exonerados de la Bonaerense a espiar en su organización. Este es un combo que Oscar Moscariello, el presidente de la Legislatura y hombre de confianza de Mauricio Macri, definió como “una pelea de gente que compartió el mismo espacio”.
Lo que Fassione describe como un problema estrictamente gremial en los bingos de Pergamino y Ramallo, que son propiedad de Angelici a través de la empresa World Games, se transformó en un conventillo político. A la denuncia penal que salpica a un íntimo de Macri como aquél hay que sumar una disputa en la Legislatura porteña por cuatro millones de pesos. La diputada Mónica Lubertino, compañera del minibloque Unión Federal que comparte con Amoroso, presentó un proyecto de ley para que el 2 por ciento de un fondo de 200 millones de pesos que la ciudad recibe de Lotería Nacional (por cánones que les cobra a las empresas que controlan bingos, hipódromos y barcos) pase a manos de Aleara. Ese porcentaje iría a parar al gremio para la promoción y desarrollo de la actividad laboral. En otras palabras, para cursos de capacitación. Martín Ocampo, un diputado del PRO que responde a Angelici, se opuso de movida a la iniciativa. La Legislatura se transformó entonces en la caja de resonancia de las diferencias entre el empresario del juego y el sindicalista cercano a Luis Barrionuevo. Su gremio se encuadra en la CGT Azul y Blanca que lidera el gastronómico.
Los problemas en el ex Concejo Deliberante continuaron por una carta documento que envió Miguel Angel Paniagua, secretario general del Sutep, un sindicato que disputa con Aleara las afiliaciones de trabajadores en los bingos. Por razones obvias, se opone al proyecto de Lubertino. El presidente de la Legislatura y el jefe de bloque PRO, Cristian Ritondo, se metieron en un brete. Son amigos de Angelici y Amoroso y no saben qué hacer. O sí, se abrieron del conflicto después de intentar interceder. Mientras tanto, la iniciativa del dueto que responde a De Narváez en la Capital Federal quedó stand by con un despacho de comisión.
Las connotaciones policiales que tiene este diferendo van por una vía paralela. En el gremio donde Amoroso está de licencia hace más de tres años, el sindicalista Fassione cuenta que hace siete que mantienen disputas por el salario y un convenio colectivo de trabajo con los bingos de Angelici. Lo acusa de pagar salarios de hambre que rondan los 2000 pesos y envía un tiro por elevación hacia Macri: “Si lo apoya como candidato a presidente de Boca es lamentable”. Este respaldo no parece garantizado. En el club se comenta con fuerza que el jefe de Gobierno porteño le habría retirado su apoyo.
Los trabajadores han organizado viajes en micro hacia Pergamino y Ramallo para protestar. También se hicieron notar con escraches en la cancha de Boca, el club que el actual vocal y ex tesorero aspira a presidir en diciembre. El mes pasado, durante el traslado de dos ómnibus a esas localidades del norte bonaerense, sus ocupantes fueron demorados por la Gendarmería y la policía en dos operativos sucesivos. Fa-ssione cuenta que la primera fuerza confeccionó un listado de los viajeros que –sospecha– llegó a manos del empresario. En base a esos datos, Angelici habría hecho valer su influencia entre otros empresarios del rubro para que despidieran o sancionaran a los afiliados de Aleara.
El 29 de abril, según consta en la denuncia penal que presentó el secretario gremial ante el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi y en la que interviene el fiscal Carlos Stornelli, “una persona de sexo masculino se había apersonado frente al Sindicato de Trabajadores de Juegos de Azar, sito en Alsina 948, Capital Federal, con el propósito de recabar datos de inteligencia del letrado de la Asociación, Antonio Mura. Para ello manifestó falsamente que el mencionado Mura había protagonizado un accidente de tránsito y que se había dado a la fuga. El sujeto indicó que el accidente se había producido con un auto que no pertenece al mismo”.
El escrito judicial continúa: “Volvió al lugar el día 2 de mayo de 2011. A bordo de un automóvil Fiat modelo Duna patente CRY 901 merodeó el lugar y finalmente lo estacionó frente a un locutorio de la zona. Ante la requisitoria de personal de seguridad del sindicato sobre las razones de su permanencia en la zona, intentó escapar. Pero fue detenido por personal de la comisaría 4º, brigada de calle, ante los que se identificó como Daniel Alberto Heindl”.
Fassione detectó en Google una noticia del 20 de septiembre de 2006 que lo preocupó. El merodeador de su gremio es un ex policía bonaerense que fue exonerado por su presunta participación en un intento de robo a un hipermercado de La Plata. Lo acusaron de integrar una banda mixta de policías y civiles que, entre otros, integraba el comisionado Carlos Luis Martínez, un alto oficial de la Bonaerense que se desempeñaba como jefe de la División de Delitos contra la Propiedad Automotor. El juez César Melazo los procesó a los dos –además de a otros ocho uniformados– por “robo doblemente calificado por el empleo de armas y por su comisión en poblado y en banda en grado de tentativa”.
En la denuncia, Mauricio D’Alessandro, el abogado de Fassione, sostiene que “más grande fue aún mi sorpresa cuando mi parte recordó que el mencionado Carlos Luis Martínez, también exonerado, es la persona de confianza que acompaña a Angelici a sol y sombra. A partir de allí sumó dos más dos y le dio cuatro. Un ex policía procesado en la misma causa que el custodio de Angelici, una amenaza de muerte, una imputación falsa en tareas de inteligencia, una lista de trabajadores perseguidos por sus ideas gremiales, no pueden todo junto ser obra de la casualidad”.
Tampoco es casualidad que pasen ciertas cosas en una fuerza donde los negocios se mimetizan con las decisiones políticas. Ni que a uno de los hombres más cercanos a Macri lo denuncien sus trabajadores por prácticas antiobreras, salarios magros (a 2010 había otorgado un 18 por ciento de aumento contra un 35 que dieron otros bingos) y discutibles destrezas de sus presuntos espías. “Lo que pasó con nuestro gremio fue eso, espionaje”, remarcó Fassione.
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