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La indagatoria de Santos no mejoró su situación

El ex jefe de la Federal habló largamente ante la jueza. Se lo vio apesadumbrado. Según los fiscales, sus argumentos son “inaceptables” y es “responsable” de las lesiones y las muertes.

 Por Adriana Meyer

“Es inaceptable, siguen diciendo que no se enteraron de que había muertos”, se indignó el fiscal Luis Comparatore en un cuarto intermedio de la indagatoria a la que fue sometido ayer el ex jefe de la Policía Federal Rubén Santos. El fiscal había afirmado más temprano que el comisario general “es el responsable objetivo de las lesiones y hasta de las muertes” ocurridas en la masacre del 20 de diciembre, que precedió a la retirada del poder de Fernando de la Rúa. Comparatore agregó que a Santos, “en principio, le cabrían penas por incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad”. Pero agregó que “si ese incumplimiento lleva como consecuencia muertes podría haber una figura hipotética de responsabilidad en los homicidios”.
En diálogo con Página/12, el fiscal explicó que la responsabilidad de Santos en este caso es “objetiva por el cargo que desempeñaba, pero también es subjetiva por los hechos”. Según Comparatore, Santos “tenía que haber deducido que si hacía o dejaba de hacer podían pasar los acontecimientos que lamentamos, tenía que prever los desbordes de los que habla”. El funcionario judicial consideró inadmisible que el ex jefe de los policías federales no se haya enterado de las muertes, tal como le informó esa noche al ex presidente De la Rúa, porque “cada zona tiene comunicación propia con la jefatura, y además los comisarios usan teléfonos celulares y van informando a cada momento de las novedades”.
Los policías que custodian los tribunales federales estaban muy movilizados. Santos fue trasladado desde el Cuerpo de Operaciones Federales (COF) de Figueroa Alcorta y Cavia, donde había pasado la noche tras ser detenido, en medio de un fuerte operativo de seguridad que incluyó el desvío del tránsito en la avenida Comodoro Py. A las 14, cuando comenzó la indagatoria, Santos dijo que quería hablar para “contar cómo fue todo”. Y así inició su largo alegato de tres horas. “No parece un policía sino un médico”, comentó uno de los participantes de la audiencia. Se lo vio apesadumbrado; la fuente consultada negó que haya llorado, tal como informaban errónea o malévolamente a los cronistas los policías que custodiaban la vereda de Comodoro Py.
En la primera parte de su defensa, Santos amplió los mismos conceptos que ya había vertido en el escrito, con el que logró postergar su indagatoria. Avanzó en consideraciones generales sobre las directivas que correspondía dar en este caso y repitió los nombres de los funcionarios que lo llamaron el 20 para que despejara la Plaza de Mayo: Nicolás Gallo, Jorge de la Rúa, Leonardo Aiello y Ramón Mestre. “Todo esto no lo exime de nada”, comentó a este diario uno de los investigadores. A las 18 se produjo un cuarto intermedio, cuando la jueza recibió una llamada y abandonó su despacho. Fue entonces que ingresaron un par de cajas con 200 sandwiches para los participantes de la audiencia y los empleados del juzgado. Recién a las 19 los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers empezaron a interrogar al ex jefe de la Federal. A medianoche terminó la indagatoria. Santos sigue preso.
Por la mañana, el abogado Carlos Zorraindo dijo que su cliente “jamás impartió la orden de reprimir, ni dio ordenes en contra de la ley” y que “las órdenes se circunscribían a evitar que esa gente lograra su cometido, que era ingresar a la Casa de Gobierno”. El letrado agregó que “no es responsable por los exabruptos” de sus subordinados, quienes “adoptaron una reacción desmedida en algunos casos”.

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Rubén Santos pasó toda la tarde y casi toda la noche en Tribunales.
“No parece un policía sino un médico”, comentó uno de los participantes.
 
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