SOCIEDAD › UN COMISARIO PRESO POR DEFRAUDACION EN EL BOCA-RIVER
Unos problemas adicionales
Según la Justicia, al partido en Mar del Plata parado por los disturbios fueron menos policías adicionales que los pagados.La violencia se podría haber evitado si hubiesen estado todos.
Por Carlos Rodríguez
Se agravó el cuestionamiento a la Policía Bonaerense por el escandaloso final del superclásico jugado el 26 de enero en Mar del Plata, suspendido a los 13 minutos del segundo tiempo por incidentes en las plateas, cuando Boca ganaba 4 a 0. Al pobre papel jugado por los uniformados en materia de seguridad, se sumó la detención de un comisario acusado por una presunta defraudación que contribuyó, de alguna manera, a que se produjera el enfrentamiento entre hinchas que obligó a la suspensión. Al comisario José María Rivero, titular de la seccional tercera, a cargo del operativo, se lo detuvo ayer porque esa noche se falseó el número del personal a cargo del dispositivo: los organizadores pagaron por 700 hombres, pero está comprobado que eran apenas unos 500. También es investigado el jefe de la Departamental marplatense, comisario Carmelo Impari, recordado por haber firmado, en agosto pasado, una cuestionable circular que ordenaba la detención sin motivo alguno de los llamados chicos de la calle.
La detención de Rivero fue ordenada por el juez de Garantías Marcelo Medina, quien respondió en forma positiva a un pedido formulado por el fiscal Pablo Pogeto. La causa comenzó bajo la carátula “lesiones leves”, para encontrar a los responsables de los hechos de violencia que se produjeron en las plateas, que eran compartidas por los hinchas de River y Boca, separados apenas por un pasillo sin vallado alguno. La única garantía de seguridad estaba dada por la presencia de una guardia policial que debía evitar que los polos opuestos se tocaran. Como se vio en las imágenes en directo emitidas por la TV, eran tan pocos los policías que nada pudieron hacer para evitar la pelea entre los dos bandos.
“La causa por lesiones leves y por la defraudación están unificadas, de manera que ahora hay que determinar si el comisario Rivero fue responsable en los dos hechos o si a él le corresponde sólo la presunta defraudación”, explicó a Página/12 una fuente judicial. El vocero precisó que en la causa “también es investigada toda la cúpula de la policía marplatense, incluso el jefe de la Departamental, comisario Impari, por ser la máxima autoridad en la jurisdicción”. Impari fue, precisamente, quien informó el 26 de enero sobre el saldo de los disturbios: tres heridos leves y 150 personas afectadas por los gases que arrojaron los uniformados, la mayoría desde afuera hacia adentro del estadio, sin mirar dónde y sobre quién caían.
Los organizadores del partido pagaron por la presencia de 700 policías dentro y en los alrededores del estadio José María Minella de Mar del Plata. Sin embargo, la fuente judicial precisó que había “unos 500 policías, lo que hace estimar que la defraudación podría llegar a un monto que oscilaría en los 12.000 pesos”. El comisario Rivero está imputado por los delitos de “defraudación, incumplimiento de los deberes de funcionario público, malversación de instrumento público y también por lesiones leves”. Ya se ha comprobado la adulteración de un documento donde consta que se cobró una suma cercana a los 30.000 pesos.
En cuanto a Impari, su nombre tuvo cierta notoriedad en agosto pasado, cuando se desempeñaba como director general de Seguridad de la Bonaerense, en la ciudad de La Plata. El comisario firmó una circular que ordenaba detener a todos los menores “desprotegidos en la vía pública”, medida que fue criticada hasta por el entonces vicegobernador y hoy gobernador Felipe Solá. La norma fue dejada sin efecto luego de desatar una polémica y el comisario Impari fue sancionado con el traslado a la ciudad de Mar del Plata. Ahora volvió al candelero.