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Es Pedro Soto el Hugo Chávez de Hugo Chávez, el militar díscolo que se levanta contra el poder desprestigiado de otro militar díscolo que en el pasado hizo algo análogo –pero con un civil–? En todo caso, Soto sería el Chávez de la derecha y a eso apuntan tanto sus bases de apoyo –los caceroleros de la clase media– como los sectores a los que defiende –la Iglesia Católica, la gran prensa, los sindicatos en manos de los partidos tradicionales–. Pero esto dista de agotar la significación del oportunista que se levantó en palabras contra el presidente y sus intentos de imponer una “tiranía marxista-leninista”. De hecho, Soto puede desvanecerse como figura política en las próximas horas, pero lo extraordinario fue el modo en que sus declaraciones del jueves contra Chávez –las primeras de un oficial en actividad y de alto rango– crearon de inmediato un movimiento callejero en torno de su figura. Es evidente que, en la situación hipervolátil que vive Venezuela, cualquiera puede convertirse en cualquier cosa si da en el cuarto de hora justo, lo cual ejemplifica una situación muy parecida a la de Argentina: lo único cierto es la incertidumbre.
En su comparecencia del miércoles 6 ante el Comité de Inteligencia del Senado, George Tenet, director de la CIA, citó a Colombia y Venezuela como los principales focos de preocupación de su agencia en el hemisferio, seguidos por Argentina. Lo que hay de común entre estos tres países es una situación de vacío, o bien de creciente evanescencia, del poder: en Colombia por la feudalización del país entre guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes; en Venezuela y Argentina por distintas crisis económicas que sin embargo ya tienen fuertes paralelos en materia de fuga de divisas, corridas bancarias y escepticismo generalizado sobre la posibilidad de las autoridades económicas de estabilizar la situación.
En este sentido, las declaraciones de Tenet fueron mucho más allá de la usual retórica antichavista del Departamento de Estado: el director de la CIA se manifestó preocupado no tanto por Chávez sino por la inestabilidad, la erosión de la confianza en el gobierno y la creciente conflictividad social. Es dentro de esto que la insubordinación de Soto, un coronel de la Fuerza Aérea, cobra su plena significación. El coronel dice que cuenta con el apoyo del 70 por ciento de las Fuerzas Armadas; seguramente no será para tanto, pero es verdad que las tensiones de Chávez con la cúpula militar vienen de lejos –las FARC son uno de los motivos–, y cuando esta quiebra militar entra en contacto con la polarización social, la guerra civil nunca está demasiado lejos.