EL PAíS › DUHALDE LANZO POR CADENA OFICIAL LA REFORMA POLITICA
Con el primer ministro bajo el poncho
En un mensaje muy producido técnicamente, el Presidente hizo pública su propuesta. Insistió en que haya reforma constitucional.
Por Raúl Kollmann
“Necesitamos una reforma constitucional profunda que cambie las instituciones. Tenemos que decidir si vamos a un régimen parlamentario como en Canadá y la mayoría de los países de la Unión Europea o si seguimos con el régimen presidencialista. Debemos decidir si queremos elecciones cada cuatro años o cada dos.” Por primera vez, el presidente Eduardo Duhalde lanzó ayer en forma personal la reforma constitucional, una idea que seguramente no caerá demasiado bien en una población agobiada por la crisis económica. El Presidente, sin embargo, insistió en que es imprescindible y debe realizarse “no bien estabilicemos un poco el barco”.
Al final de su discurso por cadena, Duhalde defendió la estrategia de favorecer a las grandes empresas ya que “nosotros queremos dejar atrás a la Argentina financiera y usuraria; vamos a defender al trabajo, los trabajadores, talleristas, las pequeñas y medianas empresas y también a las grandes. Defendemos a los que dan trabajo”.
La intervención del Presidente fue una especie de producción televisiva. Basta decir que incluso empezó como los viejos noticieros de cine en los que aparecían en la pantalla los números cinco, cuatro, tres, dos y uno, instante en el que se puso en marcha algo que se pareció mucho a un largo spot publicitario. La escenografía fue brillante: Duhalde estaba sentado en un escritorio, con un amplio ventanal detrás en el que se veían los jardines de Olivos y los árboles moviéndose con el viento. Como era lógico, Duhalde apareció con un traje claro y todo el conjunto, con los árboles detrás, pretendía transmitir optimismo y frescura. Mientras el Presidente hablaba cambiaban los ángulos de cámara y, ya junto a las últimas frases, se escuchó una música de película épica que fue subiendo de volumen.
Entrando al contenido, lo más sorprendente fue que el primer mandatario puso el acento en la reforma constitucional. Cuando mencionó al sistema parlamentario se refirió a algo que lo tiene entusiasmado: que el Presidente, elegido por voto, sea una figura más bien simbólica, garante de la gobernabilidad, mientras que el poder ejecutivo sería ejercido por un primer ministro elegido por el Parlamento. Si hay crisis, el primer ministro renuncia y el Congreso elige otro.
Duhalde también mencionó como prioritario que la reforma se haga para evitar las elecciones cada dos años y que todos los cargos se renueven únicamente cada cuatro. Es una propuesta controvertida: muchos dicen que evita que haya campaña electoral tras campaña electoral, pero otros sostienen que se reduce el volumen de la democracia ya que el ciudadano sólo puede quejarse con su voto cada cuatro años.
El Presidente reiteró el Acuerdo Federal para la Reforma del Sistema Político que firmó el miércoles junto a 23 gobernadores. En el texto se especifica una reducción del 25 por ciento de los diputados nacionales, la supresión de los gastos reservados en todas las áreas menos defensa y seguridad, la baja en los gastos de las legislaturas y los concejos deliberantes y la sugerencia de que los concejales de ciudades de menos de diez mil habitantes trabajen sin cobrar sueldo. Además, se propicia un cambio total en el sistema electoral, transformando el régimen de la lista sábana.