La aparición de volantes anónimos en el norte de la capital de Santa Fe con la falsa promesa de que un candidato para las elecciones del domingo repartiría bolsones de comida derivó ayer en una pueblada en el barrio de Yapeyú, en la que participaron más de mil personas, mayormente mujeres y niños. Los manifestantes saquearon una distribuidora de alimentos, donde se almacenaban también colchones y frazadas, y vaciaron una empresa de ingeniería, sólo porque quedaba al lado: se llevaron de allí más de 20 computadoras, muebles y hasta los sanitarios. Los incidentes dejaron un saldo de diez policías heridos y varios patrulleros con los vidrios destrozados, cuando un cordón de seguridad de la Guardia de Infantería fue desbordado por los vecinos y quedó bajo una lluvia de cascotes y piedras. El dueño de la firma saqueada, Hugo Raimondi, relató que “la gente actuó como una horda enfurecida”.