El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso oficialmente a Roberta Jacobson como subsecretaria de Estado para América latina, quien ya ocupa el cargo de forma interina desde mediados de julio pasado, cuando el chileno Arturo Valenzuela anunció su renuncia para regresar como catedrático a la Universidad de Georgetown.

“Me da mucha confianza que individuos con tanta dedicación y capacitación hayan aceptado unirse a esta administración para servir al pueblo estadounidense, espero trabajar con ellos en los próximos meses y años”, dijo Obama en la designación, según un comunicado emitido por la Casa Blanca.

Jacobson figuraba entre un puñado de nombres de posibles candidatos al cargo, entre ellos Arturo Estopiñán, actual jefe de personal de la legisladora republicana y presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen. Para poder ocupar la vacante de manera definitiva, Jacobson deberá obtener el visto bueno del Senado. De ser confirmada en la Cámara alta, la funcionaria asumirá el cargo en momentos en que la administración Obama busca estrechar los lazos con América latina, una región con una problemática que va más allá del estigma del narcotráfico y el crimen organizado con que la han mirado las anteriores administraciones.

En la actualidad la diplomática cumple funciones también como subsecretaria de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, y antes de eso fue subsecretaria de Estado adjunta para México y Canadá, entre 2007 y 2010. Entre 2003 y 2007, Jacobson dirigió la Oficina para Asuntos Mexicanos del Departamento de Estado, y del 2000 al 2002 fue “número dos” en la embajada de Estados Unidos en Perú. Jacobson, que recibió su licenciatura de la Universidad Brown y una maestría de la Facultad de Leyes y Diplomacia de Fletcher, comenzó su carrera en el Departamento de Estado como becaria en la oficina de Gestión Presidencial.

Obama se tomó su tiempo para designar al reemplazante de Valenzuela, quien anunció su renuncia a comienzos de mayo para volver a la apacible vida académica luego de sus varios traspiés como funcionario. La administración demócrata ha sido objeto de críticas por esta demora y también por las actuales vacantes a los puestos de embajador en Bolivia, Venezuela, Uruguay y Nicaragua.