El fiscal federal Jorge Di Lello pidió ayer la elevación a juicio de la causa por el espionaje ilegal en la que le imputa a Mauricio Macri la integración de una asociación ilícita junto al espía Ciro James, al ex jefe de la Metropolitana Jorge Palacios, al ex ministro de Educación Mariano Narodowski, a un juez de Misiones y a policías de esa provincia, quienes “actuaron de manera coordinada y en virtud de un plan delictivo delineado, en el cual se generaron falsos informes y falsos expedientes judiciales, concretándose sobre esa base intervenciones de teléfonos ilegítimas. Esa asociación requirió el conocimiento entre todos, el nexo fue Ciro James”.

A Macri se le imputa asociación ilícita, falsedad ideológica y escuchas ilegales a su cuñado, Daniel Leonardo. Al Fino Palacios, asociación ilícita, escuchas a Sergio Burstein, familiar de una víctima del atentado contra la AMIA, al empresario Carlos Avila y a dos ejecutivos de Coto. Y al ex ministro Narodowski se le imputa haber introducido al espía James en su ministerio sin que hiciera ninguna labor, por lo que afronta el cargo de asociación ilícita y administración fraudulenta.

Después de que el juez Norberto Oyarbide le pidiera opinión a los distintos damnificados y al fiscal Di Lello, este último cerró ayer las requisitorias, con lo cual Macri y los demás imputados están un paso más cerca del juicio oral. Los acusados ya fueron procesados por el juez, confirmado el procesamiento por la Sala I de la Cámara Federal, y luego hubo un rechazo a los planteos de la defensa ante la Cámara de Casación. Todo hace prever que los abogados de los imputados harán nuevas presentaciones –ya tienen apelaciones presentadas nuevamente ante la Cámara–, por lo que es seguro que el juicio no se llevará a cabo este año ni en el primer semestre de 2013. De todas maneras, el juicio oral parece inevitable.

El caso de las escuchas ilegales fue develado por Página/12 en septiembre de 2009 a raíz de una secuencia asombrosa:

- La hija de Burstein atendió una llamada en su casa en la que un individuo no identificado le dijo que su padre estaba siendo espiado y escuchado por Jorge “El Fino” Palacios.

- Burstein se presentó a la Justicia y ésta verificó que su teléfono estaba intervenido por orden de un juez de Misiones.

- La investigación determinó que en esa provincia se había armado una causa falsa en la que un policía introdujo el número de Burstein como si se tratara de un comerciante bonaerense que trabajaba para una banda de piratas del asfalto.

- Sobre esa base, el juez de Misiones ordenó a la SIDE intervenir el teléfono de Burstein con la increíble particularidad de que las cintas eran retiradas por el espía Ciro James.

- Una cantidad enorme de llamadas entre James y El Fino Palacios cerraron el círculo. Por aquel entonces se estaba definiendo la situación Palacios en la causa AMIA y parecía cantado que el espionaje a Burstein tenía como objetivo saber con anticipación que decidiría el juez Ariel Lijo. Espiaban a Burstein para detectar eventuales diálogos con el magistrado y con el fiscal Alberto Nisman.

- Cuando se conocieron estos métodos, el juez Oyarbide buscó si esa misma metodología se estaba usando en otros casos. Y así resultó: había espionajes a Carlos Avila, en épocas en que negociaba con Julio Grondona una posible ruptura de la AFA con Torneos y Competencias, también a abogados ligados al fútbol, a ejecutivos del supermercado Coto y hasta maridos con problemas con sus esposas.

- La investigación determinó que también se estaba espiando a Daniel Leonardo, casado con Sandra, una hermana de Mauricio Macri. Resultaba imposible que el policía elegido por el jefe de Gobierno como su hombre de confianza y jefe de la Metropolitana realizara un espionaje al cuñado de Macri sin que el jefe de Gobierno lo supiera. Encima, el que concretaba la escucha ilegal, Ciro James, estaba contratado en el Ministerio de Educación porteño sin que se pudiera acreditar que hiciera ningún trabajo. “Sin lugar a dudas, Mariano Narodowski tuvo una intervención decisiva en los hechos –dice Di Lello en el requerimiento que firmó ayer–. Simuló la contratación de Ciro James a sabiendas de la condición del nombrado como agente de inteligencia. Le retribuyó por sus servicios con fondos del Gobierno de la Ciudad y con el fin de lograr la intromisión ilegítima del teléfono perteneciente a Daniel Leonardo, cuñado del nombrado Macri.”

“Al jefe de Gobierno le cupo una intervención determinante –continuó el fiscal–. Es muy difícil sostener que no estaba al tanto de la tarea que en materia de seguridad le había encomendado a Palacios. Y fue el jefe de Gobierno el que insertó a James por medio de la influencia de Palacios en la administración a su cargo. ¿Qué haría un experto en inteligencia en una institución como la Metropolitana que tenía prohibido hacerla? Fue el jefe de Gobierno el que designó a Palacios al frente de la Metropolitana.”

Cuando el juez le preguntó a Palacios por qué se comunicó tantas veces con James por teléfono, El Fino adujo que James quería ingresar a la Metropolitana. Di Lello enumera llamadas posteriores a las 21 horas que no tienen el perfil de comunicaciones de un aspirante con un jefe. Y también enumera cómo esos llamados se hicieron en momentos en que se ponía en marcha el espionaje ilegal a Burstein”. Un dato notorio: el fiscal no le imputa a Macri participación en la escucha al familiar de la AMIA, sino únicamente en el espionaje sobre su cuñado. A Palacios y Ciro James los responsabiliza por todas las escuchas, las de Burstein, Avila y los ejecutivos de Coto. Al ex ministro Narodowski, la administración fraudulenta y a los policías y jueces de Misiones, la falsedad, el abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público. Lo que une a todos es –según Di Lello– la asociación ilícita.